Cualquier persona sueña con ganar la lotería algún día. Quizás no todas tengan en mente cobrar un premio millonario, pero sí recibir un buen pellizco que les sirva para estabilizar su economía. Ya sabemos que "tapar agujeros" es el principal objetivo de la mayoría de los que prueban suerte.
Como bien dice el dicho, el dinero no da la felicidad. Muchas personas podrán pensar que su vida sería mucho mejor tras ganar un jugoso premio y, lo cierto, es que ganar la lotería si supone un cambio radical de vida.
Sin embargo, este cambio no siempre se produce para mejor y existen algunos casos que lo demuestran. Algunos ganadores han visto cómo su vida se ha arruinado después de ganar premios millonarios.
Lejos de mejorar su calidad de vida, la suerte de ganar la lotería acaba derivando en un sinfín de problemas. Preocupaciones, inversiones locas con resultados nefastos, despilfarro en cosas que no dan la felicidad y conflictos con sus seres queridos.
Este ha sido el caso de una pareja británica que jamás se esperaba que el azar fuera tan caprichoso. El dinero acabó rompiendo su matrimonio y ambos se separaron 15 meses después de ganarse el mayor premio de lotería de Reino Unido.
La pareja británica que se separó 15 meses después de ganarse 187 millones de euros
Adrian y Gillian Bradford tenían una vida plena y feliz hasta que se ganaron el mayor premio de la lotería de Reino Unido.
Ganaron el récord en premios de su país: un total de 148 millones de libras (más de 187 millones de euros). Una cantidad de dinero desorbitada que podría permitirles, a ellos y a todos sus descendientes, vivir a 'todo tren' durante el resto de sus vidas.
No obstante, lo que iba a ser el gran golpe de suerte de sus vidas se acabó transformando en su mayor desgracia.
La pareja pronto se aficionó a los placeres más caros: viajes en primera clase, coches deportivos, comidas en restaurantes de lujo y propiedades en distintos países del mundo. Todos sus caprichos fueros satisfechos, pero la pareja no acabó encontrando la felicidad que se esperaban.
Quince meses después de ganar el gran premio ambos anunciaron su divorcio envuelto en rumores e infidelidades. Pero no solo se quedaron sin pareja, también sin familiares y amigos, ya que las broncas por el dinero no tardaron en aparecer.
"He dado a mi familia dinero, casas y coches, pero siguen queriendo más. El dinero hace supuestamente feliz a la gente, pero también las convierte en personas exigentes y codiciosas", explicaba Gillian Bradford en unas declaraciones a The Daily Mail.
De hecho, la afortunada británica no ha dudado en señalar que ganar la lotería fue una "carga enorme" y "muy estresante" para ella por todo lo que supuso en su vida.
Otros casos de personas arruinadas tras ganar la lotería
El caso de los Bradford no es un hecho aislado en el mundo. Son muchas las personas que han visto como la lotería no les ayudaba a mejorar ningún aspecto de su vida.
La estadounidense Evelyn Marie Adams, empleada en una tienda 24 horas, fue un claro ejemplo de despilfarro al arruinarse tras ganar dos premios de lotería. La ludopatía le jugó una mala pasada y se gastó gran parte de su fortuna en los casinos de Atlantic City.
La historia del norteamericano Andrew Jack Whittaker Jr fue similar. A sus 55 años ganó nada menos que 314 millones de dólares, una cantidad que acabó perdiendo por su adicción al juego y al alcohol.
Tras ganar la lotería, también se divorció, fue víctima de varios intentos de robos y sufrió la muerte de su nieta en extrañas circunstancias. Un ejemplo de que el dinero no le trajo buena suerte.