Cada vez son más las historias de familias españolas que lamentan la muerte de un familiar con cáncer por el retraso del tratamiento o una prueba. Así lo han vivido en sus propias carnes los familiares de Paqui Miró. Esta vecina de Menorca tuvo que esperar 85 días para que le hicieran el TAC que le había pedido el especialista.
Cuando ya consiguieron que le hicieran la prueba que le había pedido su oncólogo ya había ingresado en la planta del Hospital Mateu Orfila de Mahón. Tal y como explica menorca.info, Paqui tuvo que esperar casi tres meses para que le realizaran la prueba y ya fue demasiado tarde. Pidieron la tomografía en citaciones el 7 de mayo y se la hacían el 30 de julio, solo cinco días antes de su muerte.
El pasado mes de abril creían haber recibido buenas noticias. El tumor que tenía en el pulmón derecho parecía haber remitido. Pero la realidad es que con el paso de los días vieron que este se había extendido al hígado y que el cáncer no se había detenido.
La familia no entiende que se tarde tanto en atender la demanda del especialista
Los familiares de Paqui se siguen preguntando si se podría haber salvado su vida, si la prueba hubiera llegado a tiempo. Y no entienden que pudo pasar para que está se demorara tantas semanas. Sobre todo cuando la oncóloga la pidió dos veces más y en todas ellas constaba que la solicitud era preferente.
No encuentran explicación para que en la sanidad española de hoy en día se produzcan este tipo de situaciones. "A mis hijos y a mí nos cuesta entender que en el siglo XXI en Menorca se tarden 85 días para una prueba que pide la especialista", relataba su marido Sebastià Rotger en el medio citado.
Pese a ello no han querido centrar sus quejas en nadie en particular, pero si han querido hacer una denuncia. "No queremos achacar culpas a nadie, pero sí denunciar que el Servicio de Atención al Paciente no funciona", aseguraba.
El hospital no respondió a sus peticiones para que le hicieran el TAC
Por lo que sí se muestra especialmente molesto Sebastià es por el trato recibido por parte de la dirección del centro hospitalario. Explica cómo envió una carta a la gerencia pidiendo una respuesta sobre el retraso en la prueba y no recibieron respuesta. Le dolió "la descortesía del director-gerente que ni siquiera responde una carta angustiosa de una persona que veía que la vida se le acababa y que pedía un TAC".
Ellos habían utilizado previamente todos los canales de comunicación que les ofrece el servicio de salud de las Islas Baleares, IB-Salut. Pero esto tampoco dio resultado. "El 8 de julio, dos meses después de solicitar la prueba y al ver que no la llamaban, fuimos a poner una queja al Servicio del Paciente, pero aún no han contestado y ella ya ha fallecido", seguía lamentando.
El 15 de julio fue su última visita médica con su oncóloga. Al no tener realizada la prueba que había solicitado tuvo que retrasarla nuevamente al 16 de agosto. Finalmente se confirmaría que era demasiado tarde.
Es el 26 de julio cuando el estado de salud de Paqui empieza a empeorar de forma definitiva. Su último intento es escribir esa carta a la gerente del centro, Romà Julià, pidiéndole que intente hacer algo para que le realicen el TAC. Pese a que "ella sabía que su enfermedad era grave", no obtuvo respuesta.
El 28 de julio Paqui fue a urgencias y es ingresada, y el 30 por fin le realizan el TAC. El 2 de agosto le confirman que el cáncer está muy avanzado y acabaría muriendo a las horas.