Javier Serrano ha sido el primer paciente que ha muerto por medio de la eutanasia en la Comunidad de Madrid. Antes de morír, este enfermo de ELA hablaba con los compañeros de Nius acerca de cuáles eran sus sensaciones previas al desenlace final.
Como así deseaba Javier, este miércoles fallecía en Madrid con una sonrisa en la boca. Este paciente estaba satisfecho por lo que había conseguido y es que era lo que quería. Serrano tenía ELA y hace meses que pidió a la Comunidad de Madrid morir de forma digna, pero siempre se retrasaba su ruego.
"Por fin es el día, 3 de noviembre de 2021", contaba a Nius. Tan solo faltaban unos 20 minutos para las 11:00 de la mañana, la hora donde iba a fallecer este paciente madrileño.
Las últimas palabras de Javier antes de practicarle la eutanasia
"Para llorar ya he tenido tiempo, mientras me deterioraba o sufría dolores insoportables. Ahora es momento de celebrar que voy a ponerle fin a tanto sufrimiento", decía con gran entereza el bueno de Javier.
Este hombre había pasado días sin ganas de comer, no podía tragar apenas y tampoco podía conciliar el sueño por las noches. "Estoy agotado, los dolores de la columna, los riñones y la cadera no me dejan dormir. Dentro de un rato voy a descansar por fin, no veo el momento", confesaba.
A Javier le dolía todo, pero todo cambió cuando este martes le llamó la neuróloga del Hospital Doce de Octubre de Madrid. Y es que, por fin, Javier contaba con la aprobación para llevar a cabo su cometido. "Le dije que quería que me la hiciera al día siguiente (por este miércoles)".
"Lo único que me da miedo es seguir consumiéndome", afirmaba, y no escondía que había llorado en la intimidad tras conocer el permiso. "Pero solo cuando pienso en la gente a la que quiero, sobre todo en mis nietos, que tienen 2 y 5 años. Espero que no se olviden de mí, si no, ahí está mi hijo para mantener mi recuerdo", aseguraba.
"Hay que quitarle importancia a la muerte"
En su domicilio de Getafe se juntaba toda su familia. "Han venido todos y estamos tomando churros con chocolate. Nos apetecía despedirnos así, porque hay que quitarle importancia a la muerte", decía con una sonrisa en la boca.
Y es que el apoyo de su familia ha sido continuo para que Javier pudiese lograr lo que tanto quería desde hace tiempo. En ningún momento le han dejado solo y siempre han respetado su decisión personal.
"Esto es ya un puro trámite", decía. Lo tenía todo preparado, hasta la música para su funeral. "Cualquiera de Depeche Mode, que me pongan el tema que quieran, me gustan todos, es solo para hacerme más grata la marcha".
"Me han dicho que no voy a sufrir, cuatro inyecciones y listo"
Cuando solo restaban 20 minutos para que falleciera, se despedía de todos con un "se me van a enfriar las porras", afirmaba. "Buen viaje, quizás nos encontremos en algún lugar", decía el redactor de Nius. "Sí, pero que sea tarde", respondía el propio Javier con una enorme sonrisa.
A los pocos minutos, llegaba a su casa el equipo médico que iba a ayudarle a morir, una neuróloga, una doctora consultora y dos enfermeras. "Me han dicho que no voy a sufrir, cuatro inyecciones y listo", concluía antes de acabar la llamada. Afirman que no ha sufrido, se ha ido cómo él quiso y hasta siempre, Javier.
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