El gobierno del País Vasco ha confirmado este martes, 1 de diciembre, que al toque de queda que nos acompaña desde hace casi un mes se mantendrá «muchas semanas», aunque ha admitido que se flexibilizará durante las noches del 24 y el 31 de diciembre.
Bingen Zupiria, portavoz del gobierno vasco, ha informado que no está previsto modificar el 'toque de queda' que se aplica en la región entre las 22:00 horas y las 06:00 horas, aunque sí se espera poder flexibilizarlo para Nochebuena y Nochevieja por el carácter familiar de estas dos fechas y para permitir que la gente se reúna, con restricciones, con sus seres queridos.
Respecto a estas fechas, el portavoz ha asegurado que la intención del ejecutivo es «reducir al máximo» la movilidad y las reuniones de personas, pero siempre respetando un consenso con el Estado sobre medidas preventivas frente al Covid-19, algo que ocurrirá previsiblemente mañana en el Consejo Interterritorial.
El País Vasco presentará en esa reunión una serie de criterios comunes que deberían ser, a su juicio, de «aplicación general» en todo el Estado, porque creen que tendrán un valor «pedagógico» más alto que si cada región aplica sus propias normas.
Por esa razón, el gobierno vasco buscará «flexibilizar» alguna de las propuestas que ellos mismos propusieron en el Consejo Interterritorial de hace una semana: «Consideramos que igual merece la pena ser flexibles para alcanzar este acuerdo». Sus palabras hacen referencia al anuncio de ayer lunes, en el que el gobierno vasco aceptó la posibilidad de ampliar el número máximo de personas que puedan reunirse en los principales días de las fiestas navideñas, y pasar de las cuatro personas de máximo que planteaban hasta diez.
El 24 y 31 de diciembre, únicas excepciones al toque de queda
Aun así, Zupiria avisa de que estos criterios solo se aplicarían a los días 24, 25 y 31 de diciembre y al 1 y 6 de enero, los días tradicionales para las reuniones. El resto de días, el criterio sigue siendo el de evitar agrupaciones o aglomeraciones de personas, mantener la distancia de seguridad, usar siempre la mascarilla y mantener la prudencia requerida en todo momento para evitar situaciones de riesgo de contagios.
Así, si todo va según lo previsto y los datos de la epidemia no dan un vuelco que haga volver a implementar medidas más duras, está previsto que el horario del toque de queda pueda reducirse y empezar a la una de la madrugada las noches del 24 al 25 de diciembre y del 31 de diciembre al 1 de enero.
El resto de restricciones se mantendrán vigentes, como el cierre del comercio a las nueve de la noche y la prohibición de las cabalgatas de reyes y los desfiles del Olentzero, aunque también han dejado la puerta abierta a levantar los confinamientos, por lo menos el municipal, en las próximas semanas, ya que en Euskadi está prohibido salir y entrar de los distintos municipios sin causa justificada.
De momento, el gobierno vasco esperará hasta el próximo día 9 de diciembre para debatir en la reunión del LABI, el Consejo Asesor del Plan de Protección Civil de Euskadi liderado por Iñigo Urkullu. Siguen la estela de la mayoría de gobiernos autonómicos, que han decidido esperar a que pase el puente de la Constitución para empezar a plantear qué medidas restrictivas imponer en sus territorios de cara a la Navidad, y siempre dependiendo de la evolución de la segunda ola.
En ese sentido, Cataluña ha sido la primera en avisar este martes de que en las últimas horas se ha producido un repunte del riesgo de rebrote y de la velocidad de propagación del virus después de semanas de descenso, lo que ha activado todas las alarmas. Si la tendencia a la baja no se confirma, la región no avanzará de fase en su desescalada y las restricciones más duras podrían impedir, de facto, celebrar la Navidad.