Irene Montero y Pablo Iglesias el 28 de abril del 2019

Pablo Iglesias, en lugar hostil: 'Le saludo por no tirarle una maceta a la cabeza'

Manolo, ex militar y vecino de los Iglesias-Montero en Galapagar, arremete con dureza con ellos

Pablo Iglesias ha vuelto a pisar los barrios que le llevaron donde está ahora, entre ellos su Vallecas. Pero cuando acaba un nuevo día de campaña, vuelve a su chalet de Galapagar, donde convive con vecinos no muy afines a su ideología. Uno de ellos se llama Manolo, es ex militar de carrera, y no le soporta.

Este vecino vive a una decenas de metros de Pablo Iglesias, y casi todos los días se lo cruza en el camino. «Le saludas por no tirarle un macetazo a la cabeza», asegura. Es uno de los vecinos hostiles de la urbanización de lujo en el que viven Pablo y su pareja, la ministra de Igualdad, Irene Montero, desde 2018. 

Su casa de 268 metros cuadrados de una parcela de 2.000 está custodiada por la policía, dos escoltas y seguridad privada. Han sido constantes los escraches contra la pareja Iglesias-Montero, que además tienen que aguantar las malas miradas de algunos vecinos. Manolo considera que un «vividor de la política» como Pablo Iglesias no debería vivir en una de las zonas más exclusivas de Madrid mientras defiende a los trabajadores.

En declaraciones a Moncloa.com, cuenta que se ha tenido que sacrificar mucho para pagar la elevada hipoteca antes de la jubilación. Manolo no esperaba que acabaría compartiendo vecindario con Pablo Iglesias. «Quién me iba a decir a mí que que el perroflauta este iba a venir aquí», dice de modo despectivo.

«Paso por allí todo los días», explica el militar, «y me cabreo por el coste del palacio de los marqueses». Según su opinión, todas las personas tienen derecho a prosperar en la vida, pero ve mal que «un tío que vive en Vallecas viva en este chalet a costa de la película que se ha montado». Dice que él vive en Galapagar «porque me lo he currado, tras estar hipotecado hasta las cejas», y siente rabia cuando ve que el líder de Podemos «se ha montado su casoplón en un telediario». 

Manolo arremete también contra los votantes de Podemos: «No entiendo que una persona que las pase canutas vota a un partido cuyo jefe de filas vive en un chalet de 600.000 euros siendo solo un profesor de universidad». Dice que se imagina a Pablo con el puño en alto desde la puerta de su chalet mientras sus votantes le aplauden felices sin llegar a fin de mes. «A mí me jode como vecino», ha afirmado.

Los inconvenientes de vivir cerca de Pablo

La gente que vive en Galapagar cerca de Pablo Iglesias tiene un cierto nivel adquisitivo, pero Manolo aclara que a ninguna le ha tocado la lotería. «Este Iglesias, ¿en qué ha trabajado?», pregunta, y le define como «el macho alfa» de Podemos por las relaciones que se le atribuyen. 

Además, se queja de las medidas de seguridad en torno al ex vicepresidente y la ministra. Su casa está junto a un camino de campo que sirve para pasear e ir en bicicleta, y para llegar hasta ahí normalmente se accedía por la calle donde está el chalet de Iglesias. Pero desde que se instalaron allí, los vecinos tienen que dar la vuelta unos 300 metros. 

Los vecinos tampoco han permanecido al margen de las manifestaciones diarias y los escraches contra la pareja. Manolo dice que se suelen celebrar los domingos, y que «dan por saco, pero somos los vecinos los que sufrimos este tipo de perjuicios. Nos joden, nos cortan con la valla». No ve ventajas en ser vecino de Pablo Iglesias e Irene Montero. O quizás sí: Con tanta seguridad, «el vecino de enfrente quitó la alarma, yo también la quitaría».