La semana inicia su recta final y, a nivel informativo, no cabe duda de cuál ha sido la noticia que la ha protagonizado y que, probablemente, va a ser una de las que va a componer el resumen político del año 2021: la dimisión de Pablo Iglesias. El secretario general de Podemos anunciaba públicamente este lunes, 15 de marzo, que abandona la vicepresidencia segunda del Gobierno y que deja la política a escala nacional para ser el candidato de Unidas Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid y competir en las urnas con la candidata del PP, Isabel Díaz Ayuso, principal favorita para revalidar el cargo.
Se la juega en Madrid
La noticia fue una auténtica sorpresa: aunque eran conocidas las tensiones en el gobierno —lógicas en cualquier ejecutivo de coalición— y la limitación de acción de Iglesias en su seno, nadie esperaba una salida exprés del líder de Unidas Podemos del Gobierno, y menos aún para inmiscuirse en la política de ámbito regional, en la Comunidad de Madrid. Claro está que las elecciones madrileñas han supuesto para Pablo Iglesias la oportunidad idónea para salir de la posición incómoda en la que se encontraba y tratar de posicionar a la persona a quien señaló como su sucesora y futura candidata del partido en las próximas elecciones generales: la ministra de Trabajo y próxima vicepresidenta tercera del Gobierno, Yolanda Díaz.
Además, Iglesias no rehuye su objetivo en Madrid: aunque externamente mantiene su blanco en conquistar la Real Casa de Correos —la sede gubernamental de la Comunidad, sita en la Puerta del Sol—, es innegable que que a día de hoy tan solo una sorpresa de mayúsculas dimensiones podría apartar a Isabel Díaz Ayuso de revalidar la presidencia: todas las encuestas pronostican una subida fulgurante de escaños, que le dan incluso opciones de obtener la mayoría absoluta el próximo 4 de mayo. Así pues, Iglesias basa su apuesta en el objetivo de ejercer de revulsivo electoral para su marca, Unidas Podemos.
Consciente de que el bloque de la izquierda no sumará para gobernar la Comunidad de Madrid, Iglesias se ha puesto entre ceja y ceja liderar dicha ala ideológica. Unidas Podemos quiere superar a Más Madrid sumando el efecto de la pegada que tiene Iglesias con la mala perspectiva electoral de Más Madrid, que pasa de tener al frente a Íñigo Errejón en las elecciones de 2019 a Mónica García en las del próximo 4 de mayo. Pero este no es el único reto que se propone Iglesias. El líder de Unidas Podemos ve al exministro Ángel Gabilondo como un candidato débil y cree que la formación morada tiene la capacidad de arrebatarle el liderazgo delo bloque progresista.
Pero la teoría y la práctica a veces no coinciden. El PSOE obtuvo 37 escaños en 2019, 30 más que Unidas Podemos. La diferencia es abismal y aunque en política todo puede pasar, el 'sorpasso' soñado por Iglesias parece manifiestamente complicado. Sea como sea, superar a Más Madrid y acercarse al PSOE pueden ser los dos factores que constituyan un buen resultado para Unidas Podemos.
¿Se retirará si fracasa?
Y ante tal reto, la pregunta es obvia. ¿Qué hará Pablo Iglesias si fracasa? Altos cargos de su partido parecen tenerlo claro: el todavía vicepresidente segundo del ejecutivo podría abandonar definitivamente la política. Muy pocas voces en su partido se imaginan a Pablo Iglesias como diputado raso en la Asamblea de Madrid, y menos aún en posición de tercer plano, es decir, sin formar parte del Gobierno ni liderar la oposición. De esta forma, un fracaso el próximo 4 de mayo se podría traducir en el final de la carrera de Pablo Iglesias en la política, al menos de forma momentánea.
Voces de la formación que todavía lidera apuntan que la jugada es muy arriesgada, puesto que los retos que pueden otorgar cierto protagonismo político a Iglesias en la próxima legislatura madrileña no son nada sencillos de conseguir. En definitiva, ven opciones reales de que Iglesias ponga punto y final a su trayectoria en el mundo político en cuestión de semanas y que inicie el proceso de renovación de las estructuras directivas de Unidas Podemos. Con Yolanda Díaz erigida en su sucesora en la política nacional, cabría pensar que la ministra, que milita también en el histórico Partido Comunista de España, podría convertirse en la 'mujer fuerte' de la formación a nivel interno.
Así pues, Pablo Iglesias podría estar cerca de la retirada política tras siete años desde que se lanzara a la aventura: fue a finales de 2013 cuando surgió la idea de plantear una candidatura a las elecciones europeas de 2014 que obtuvo cinco escaños. En los meses siguientes, Unidas Podemos se formó como partido con Iglesias al frente y no fue hasta 2015 cuando accedieron al Congreso con 42 escaños, que ascendieron a 45 en la repetición electoral de 2016, su máximo histórico. Iglesias se juega el 4 de mayo algo más que unas meras elecciones regionales.