El PP atraviesa estas últimas horas la peor crisis que se recuerda en la historia reciente de la formación. El cruce de acusaciones de corrupción y espionaje entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso abre una guerra en el partido. La supervivencia del PP pasa por la caída de uno y la consolidación del otro.
La guerra abierta entre el secretario general del partido y la presidenta de la Comunidad de Madrid viene de lejos. En buena medida es la culminación del largo historial de rencillas, celos y traiciones entre ambos. Pero también y sobre todo es la escenificación de la batalla decisiva entre las dos almas del PP.
Desde hace años se viene arrastrando la confrontación de dos visiones antagónicas en la derecha española. Pablo Casado representa la herencia del ‘rajoyismo’, caracterizado por la moderación y la diplomacia. Isabel Díaz Ayuso es la nueva esperanza de una derecha desacomplejada, y entre los dos sólo puede quedar uno.
Casado y Ayuso, crónica de un final anunciado
La guerra fría entre Casado y Ayuso se ha convertido en un enfrentamiento a tumba abierta en las últimas horas. Se trata de una lucha por el poder en la que Casado acusa a Ayuso de corrupción y Ayuso a Casado de urdir un plan para destruirla. La situación es irreversible y en las últimas horas aumenta la escalada de tensión.
El conflicto se precipitó ayer con la decisión de la cúpula nacional de expedientar a la presidenta madrileña. El motivo son “las gravísimas acusaciones” de Ayuso contra Casado, al que acusa de espionaje. Pero también para culminar la investigación sobre supuestas adjudicaciones públicas de Ayuso a un amigo de su hermano.
El origen de la guerra es precisamente este. Teodoro García Egea, mano derecha de Pablo Casado, confirmó ayer que investigan desde octubre una posible adjudicación de 1,5 millones de euros por un contrato de compra de mascarillas. Ayuso asegura que no hay nada irregular y acusa a la cúpula de espionaje y guerra sucia.
Acusaciones de corrupción
El sector de Casado acusa a Isabel Díaz Ayuso de haber favorecido a la empresa de un amigo de su hermano con contratos públicos. El caso adquiere más gravedad porque fue por la adjudicación de un contrato de compra de mascarillas en plena pandemia. La cúpula del PP presionó a Ayuso para que dimitiera.
Según fuentes internas citadas por El País, Casado y Ayuso mantuvieron una reunión en el mes de octubre. El sector de Casado amenazó al de Ayuso con difundir información sobre los contratos si esta no se retiraba de la carrera por la presidencia del partido de Madrid. En el trasfondo está la celebración del congreso del PP madrileño.
Ayuso pidió hace apenas unos días la convocatoria urgente del congreso para elegir al presidente de los populares madrileños. Es el primer paso de la carrera de fondo para presidir el PP nacional. Una vez abierta la guerra, el entorno de Casado ha sacado el caso de supuesta corrupción a la luz.
Acusaciones de espionaje
Tras la reunión que tuvo lugar en el mes de octubre, un cargo del ayuntamiento de Madrid contactó con una firma de detectives. Su intención no era otra que investigar el entorno familiar de Díaz Ayuso. Algo que el detective no sólo rechazó, sino que puso en conocimiento de un exministro del PP.
Este peso pesado trasladó la información a Isabel Díaz Ayuso y esta desató la guerra el miércoles por la noche acusando a la dirección de espionaje. Génova se defiende, niega tales acusaciones y amenaza a la presidenta de la comunidad con llevarla a los tribunales. La apertura del expediente es toda una declaración de intenciones.
La cúpula del PP asegura tener indicios de las supuestas irregularidades, y el expediente podría ser el paso previo a la expulsión. En todo caso, deja claro que ya no hay vuelta atrás y que la guerra sólo puede saldarse con un vencedor. Mientras, el PP se desangra para mayor regocijo del sanchismo y de Vox.
Pablo Casado: ‘No es ejemplar’
La tensión ha aumentado en las últimas horas con cruce de acusaciones y concentraciones de fans de Ayuso a las puertas de Génova. Eso ha obligado a Pablo Casado a dar la cara después de varias horas desaparecido. Ha sido en la cadena Cope, donde se ha mostrado “muy sorprendido y decepcionado, pero con la conciencia tranquila”.
Su versión es que a finales de verano llegó información con datos fiscales y bancarios en relación a la supuesta comisión. Dice que citó a Ayuso en su despacho para aclarar el tema pero que esta no dio explicaciones. “Su respuesta fue presionar para adelantar el congreso madrileño”, ha explicado Casado.
Casado se muestra como el jefe del PP que exige limpieza y responsabilidad en el partido. “No es ejemplar que un hermano cobre de un contrato adjudicado por mi gobierno”, ha dicho alto y claro. Además, ha lanzado un órdago a su contrincante para que aclare de una vez lo ocurrido: “Esto se tiene que acabar”.
Isabel Díaz Ayuso: ‘Nunca se podrá demostrar’
Horas antes, Isabel Díaz Ayuso había mantenido un intercambio de golpes con Teodoro García Egea. La posición de la presidenta de la Comunidad de Madrid es clara. No hay ni puede haber pruebas de su supuesta corrupción, y en cambio sí hay una clara maniobra contra su figura con espionaje incluído.
La propia Ayuso reconoció que su hermano cobró una comisión pero asegura desconocer la cantidad y recuerda que esto no es ilegal. En Génova creen que al reconocerlo firmó su sentencia de muerte. “Es cuestión de tiempo que Ayuso caiga, porque tarde o temprano va a salir el documento”, amenazan.
Sin embargo, ella se mantiene en sus trece y asegura que “nunca se podrá demostrar que ayudé a mi hermano”. En sus últimas declaraciones ha mostrado su deseo de que Casado conquiste la presidencia de España siendo ella la presidenta de Madrid. Sin embargo, en su entorno aseguran que está dispuesta a ir hasta el final contra la cúpula.