Juan Manuel Igualada tenía 19 años cuando comenzó la mili en Ferrol y ha fallecido con 47 años en el Hospital Gómez Ulla de Madrid.
El soldado en instrucción ha muerto después de pasar 28 años en coma. Le mantuvieron durante todo este tiempo como soldado de reemplazo para que pudiera ser atendido en el hospital militar.
A pesar de haber estado inconsciente durante 28 años en la cama de un hospital, Juan Manuel era el último soldado de reemplazo que quedaba en España. La mili en España dejó de ser obligatoria en 2001. Desde entonces no hay soldados de reemplazo excepto Juan Manuel, por su particular situación.
Hace 15 días su madre se despidió de él para siempre tras 28 años a su lado, esperando el milagro. La Cope ha rescatado esta emocionante historia del último soldado de reemplazo muerto en España. Con él desaparece también para siempre y de forma oficial el servicio militar obligatorio en nuestro país.
La tragedia que marcó su vida
La dramática historia de este soldado comienza cuando Juan Manuel Igualada fue llamado para hacer la mili en Ferrol (La Coruña). Estando de servicio militar obligatorio tuvo que realizar unas maniobras en Santorcaz, en la Comunidad de Madrid. Fue entonces cuando el aciago destino se cruzó en su camino.
El militar sufrió un fatal accidente que lo dejó en muy mal estado y fue trasladado al hospital. Su madre Milagros estaba de vacaciones y no consiguieron localizarla, así que los primeros en llegar al hospital fueron sus hermanos. El pronóstico de los médicos era pésimo, tanto que apenas le daban unos días de vida.
En el Hospital de la Defensa Gómez Ulla detectaron unas lesiones cerebrales irreversibles incompatibles con una vida consciente. Dicho de otro modo, estaba en estado vegetativo persistente. Así ha permanecido durante 28 años, en coma profundo y con la condición de soldado de instrucción obligatoria.
Milagros, una madre coraje
Cuando Juan Manuel tuvo el accidente, su madre trabajaba en Cuenca y tuvo que dejarlo todo para atender a su hijo. Su marido falleció cuatro años antes del suceso, así que sus grandes pilares han sido sus hijos. Toda la familia ha apoyado a Milagros y a Juan Manuel en este duro trance de 28 años.
Durante todo este tiempo, Milagros ha permanecido en la habitación del hospital militar junto a su hijo. Esta madre coraje atendía a su hijo e intentaba interpretar sus gestos buscando alguna señal y albergando una vana esperanza. Junto a ella han estado el arzobispo castrense, monseñor Juan del Río, y el capellán Julián Esteban.
Juan Manuel era el pequeño de cuatro hermanos y residía en Cuenca con su madre. Esta no tenía casa en Madrid, así que cuando su hijo quedó en coma tuvo que hacer auténticos malabarismos para sostener la situación. Los últimos 28 años los ha pasado entre cuatro paredes, las de la habitación del hospital.
28 años esperando el milagro
Pero lo curioso de este caso es que el Ejército español se negó a dar de baja al militar y se hizo cargo de sus cuidados durante todo este tiempo. Incluso cuando el Gobierno acabó por ley con la instrucción militar obligatoria, Juan Manuel permaneció como soldado de la mili. Administrativamente, ha estado 28 años haciendo la mili.
Durante todos estos años, los médicos del hospital lo han tratado con especial cuidado y cariño. Para ellos, Milagros ha sido un ejemplo de dedicación hasta el último momento. Esta madre coraje siempre recordaba a su hijo como un niño sano, alegre y activo. Llenó la habitación de crucifijos y estampas esperando el milagro.
Hace ya casi tres décadas desde que Juan Manuel quedó atrapado en el coche en el que viajaba durante aquellas maniobras. El accidente brutal lo dejó en un coma profundo e irreversible. Pero nunca dejó de estar vinculado al cuerpo militar, que se ha encargado de proporcionarle la asistencia sanitaria hasta el final.