Son muchas las tristes historias que el coronavirus está dejando a lo largo de nuestro país y del mundo entero. Para algunas personas se trata de una enfermedad muy agresiva que puede llegar incluso a provocar la muerte, en los casos más extremos. Pese a que habitualmente precisamente estos casos más graves se relacionan con personas mayores o con patologías previas de riesgo, no siempre es así.
Un ejemplo más que representativo es el caso de Óscar Riballo, un joven de solo 32 años que ha pasado por una dificilísima situación por culpa del coronavirus.
Este joven, farmacéutico y boxeador aficionado, se contagió de covid el pasado mes de septiembre en Sevilla, al parecer tras una reunión con amigos, empezó a encontrarse mal y acudió a hacerse una prueba PCR. Fue el 29 de septiembre cuando, efectivamente, le confirmaron que había dado positivo en coronavirus.
Debido a los síntomas que presentaba, el joven fue ingresado en un hospital de Sevilla y acabó por entrar en la UCI, sin embargo, su situación no mejoraba y tuvo que ser llevado hasta la UCI del hospital Vall d'Hebron, en Barcelona, para recibir la asistencia que su caso requería. Presentaba fiebre alta, incluso con alucinaciones y delirios, además de muchos otros problemas.
«Me trasladaron de UCI porque la situación no mejoraba, mi neumonía cada vez iba a más y me indujeron el coma y me intubaron para poder medicarme y ver si mi situación mejoraba. Estuve así más de siete días» confiesa al medio 'Nius'.
Óscar tuvo que ser, finalmente, inducido al coma, y asegura que, antes de que sucediera, preguntó a los médicos cuanto tiempo podría estar así, estos le respondieron que podrían ser 4 días o 4 meses, puesto que todo dependía de su evolución, algo que con el covid es bastante impredecible. Por suerte, lo pudieron sacar del coma a los 7 días, pero aún tuvo que permanecer en el hospital e intubado unos cuantos días más, en total permaneció en la UCI unos 15 días.
Ahora ya ha podido recibir el alta y se encuentra mucho mejor, sin embargo, todavía no ha superado del todo las consecuencias. «La verdad es que me encuentro bien, me cuesta hablar, sigo con sonda, pero poquito a poquito vamos. Aún no como ni bebo, todo con sonda», asegura. En estos días ha pasado de pesar 82 kilos a 69.
Además, el chico quiere aprovechar ahora para mandar un mensaje a la población, especialmente dedicado a los más jóvenes: «Les digo que los jóvenes se fijen en mí, que vean las secuelas que se puedan quedar. Por favor, que mantengan la distancia y usen mascarillas, que no afecta solo a personas mayores. Por favor, que piensen en los demás, no sólo pasárselo bien».
Asegura que no pide a la gente que «dejen de vivir», pero pide «que sean responsables, que nadie está a salvo de este virus».