«En España se ignoraron principios clave en salud pública.» Esta es la demoledora crítica que el epidemiólogo de la OMS Pedro Alonso realiza al gobierno de Pedro Sánchez.
La pandemia está lejos de ser controlada
Pedro Alonso es un epidemiólogo con una contrastada carrera en centros de investigación y programas internacionales de prevención de enfermedades.
En su currículum figura haber sido jefe del Servicio de Salud Internacional del Hospital Clínic de Barcelona o haber trabajado en el Centro de Investigación en Salud Manhiça de Mozambique. Desde el año 2014 está al frente del Programa Mundial de Malaria de la Organización Mundial de la Salud.
Cuando se le pregunta si la actual pandemia podía haberse previsto responde: «Era una posibilidad que los científicos teníamos muy presente. Habíamos tenido avisos, como el SARS y la gripe A. El elemento de incertidumbre era el momento: podía ser ahora, en 10 años o en 20.»
Lo que más le preocupa es: «La situación en América, donde la pandemia sigue avanzando en muchas zonas. África tiene más de 200.000 casos y allí la capacidad diagnóstica es limitada, lo que nos impide tener una idea precisa de lo que ocurre. Y cada día hay rebrotes que nos recuerdan el peligro de un virus que no se ha ido.»
Se muestra confiado en la posibilidad de encontrar una vacuna: «Soy optimista. El SARS-CoV-2 muta relativamente poco y debería conseguirse. El desafío es que sea segura y desarrollar la capacidad de producción y distribución para hacerla llegar a todos los que la necesitan.»
El caso español
En el caso concreto de España se muestra bastante crítico con la actuación de nuestras autoridades: «Se pecó de cierta miopía. Un subestimar al virus y pensar que esto no nos puede pasar a nosotros, ya lo sabremos gestionar.»
Cree que: «Los países estaban informados sobre el riesgo y lo esperable era que contaran con los medios y estructuras para lo que se avecinaba.»
Piensa que subestimar el peligro fue un error: «No alarmar está bien, pero cierto nivel de alerta es necesario. La mejor confianza no la consigues diciendo a la gente que no se preocupe cuando el peligro es evidente, sino adoptando las medidas que están en tu mano para afrontar la amenaza que tienes delante.»
Nuestro fallo más clamoroso fue que: «Se mantuvo una definición de caso muy restrictiva que hacía imposible captar la transmisión comunitaria en marcha. En España y otros países se ignoraron principios clave en salud pública.»