España se encuentra en plena sexta ola del coronavirus y el mundo entero contiene la respiración ante el renacer de la pandemia. En plena lucha contra una de las peores pandemias de la historia moderna, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte sobre un nuevo peligro: “una misteriosa enfermedad”.
El organismo investiga una extraña enfermedad detectada en Sudán del Sur que ya ha causado 97 muertos. La mayoría de los fallecidos son ancianos y menores entre 1 y 14 años. Todos los esfuerzos se están centrando en atajar la epidemia que asola la ciudad sudanesa de Fangak.
Según el Ministerio de Sanidad del país africano, los síntomas incluyen fiebre, tos, diarrea, dolor de cabeza, dolor en el pecho y en las articulaciones, debilidad corporal y pérdida de apetito. Se trata de una patología nueva que las autoridades están investigando para que no se extienda en el país y más allá de sus fronteras.
La tormenta perfecta
La OMS investiga esta extraña enfermedad desde el pasado mes de noviembre, cuando se detectó una oleada de muertes en Fangak. Aunque inicialmente se sospechó que podía ser una epidemia de cólera, los resultados demuestran que se trata de una enfermedad distinta. Así lo ha confirmado el portavoz de la OMS en África, Collins Boakye-Agyemang.
La situación ha desatado una crisis sanitaria en la ciudad, y varias ONG han empezado a enviar suministros médicos. También van a comenzar a instalar consultas móviles para atender a los pacientes con síntomas. Por ahora, las autoridades sanitarias no han dado más información sobre esta nueva amenaza.
La aparición de esta patología se produce después de las inundaciones que sufrió el país. Se trataba, según las organizaciones, de la “tormenta perfecta” para la aparición de brotes de enfermedades. Esto podría haber contribuido a la aparición de esta nueva enfermedad que no coincide con ninguno de los virus conocidos.
La situación es nefasta
Hace apenas unas semanas, Médicos Sin Fronteras decía esto sobre la situación: “La gente no tiene suficiente agua ni opciones para almacenarla, y no hay recogida de basuras, mientras que las cabras y los perros muertos se pudren en los sistemas de drenaje”. Esto eleva el riesgo de “brotes y enfermedades transmitidas por el agua”.
Al observar una serie de muertes con síntomas parecidos se realizaron test para comprobar si era cólera o malaria, pero dio negativo. A partir de ahí, las autoridades sanitarias vieron el problema como la aparición de una nueva enfermedad con una alta mortalidad. Además, han reconocido que la situación en Sudán del Sur “es nefasta”.
Las consecuencias de las inundaciones podrían ser desastrosas en términos de seguridad alimentaria, falta de atención sanitaria, educación y riesgo de enfermedades. Esta realidad vuelve a poner de manifiesto la importancia de extender la seguridad sanitaria a todos los lugares del mundo. Definitivamente, hemos entrado en la era de las pandemias.
Una bacteria preocupante
Además, estos días se ha conocido de la existencia de una bacteria cancerígena que afecta a más de la mitad de la población mundial. Se trata de la Helicobacter pylori, un patógeno que coloniza el estómago provocando gastritis y úlceras. En los casos extremos puede desencadenar un cáncer de estómago y un tipo poco común de linfoma.
Según el Programa Nacional de Toxicología de Estados Unidos, más de la mitad de la población mundial tiene esta bacteria. Sin embargo, en la mayoría de los casos no produce síntomas, y por eso es importante hacerse las pruebas ante la aparición de sospechas. Junto a ella se han añadido otras siete sustancias cancerígenas nuevas.