Desde el inicio de la pandemia, en marzo de 2020, han ido apareciendo múltiples mutaciones del coronavirus inicial, como es habitual en cualquier virus. Ya hace algún tiempo que se tuvo noticia del surgimiento de una nueva variante, la llamada XE, como consecuencia de la mutación de dos sublinajes de Ómicron, la BA.1 y la BA.2.
Los primeros casos de la variante XE se detectaron en Reino Unido en enero de este año, pero las autoridades sanitarias no consideraron que la aparición de esta nueva mutación pudiese suponer un giro en la evolución epidemiológica del momento.
El jefe de Microbiología del hospital madrileño Ramón y Cajal, Rafael Cantón, lanzó la semana pasada un mensaje para tranquilizar a la población. Explicó que porque XE sea altamente transmisible "no quiere decir que sea más severa clínicamente".
Actualmente, según la última actualización sobre las variantes, Ómicron representa entre el 75,1% y el 97'8% de los casos diagnosticados, mientras que la nueva variante va subiendo exponencialmente.
Aunque advierte de que no hay que bajar la guardia. Las personas más vulnerables ante la COVID-19, como las personas mayores de 60 años, mujeres embarazadas e inmunodeprimidos, deberían tomar más precauciones ante las mutaciones del virus.
La subvariante se caracteriza por una sintomatología muy similar a la Ómicron. Las personas contagiadas presentan, en general, síntomas como fiebre, tos, mocos, dolor de cabeza y de garganta, y cansancio.
No obstante, en los casos más graves pueden aparecer algunos síntomas menos frecuentes, como la sudoración nocturna, náuseas o lumbalgia.
La diferencia, en la pérdida de gusto y olfato
Quique Bassat, epidemiólogo y pediatra, explicaba la única diferencia entre Ómicron y la nueva mutación del virus. Esta no es otra que la pérdida de gusto y olfato que era común con otras variantes, como con Delta.
A pesar de esto, el experto señala que "ahora mismo estamos en el mejor momento de los últimos 20 meses desde el punto de vista de ingresos". Además, confirma que si los informes finales confirman que los síntomas de XE y Ómicron son similares, sería una gran noticia.
Por su parte, Víctor Jiménez Cid, catedrático de Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) confirma que si se da esta situación, nos situaríamos ante una vuelta de tuerca más en la evolución y adaptación del virus al ser humano".
Y él mismo da las explicaciones pertinentes en cuanto al surgimiento de la nueva variante. Una persona o animal debe haberse contagiado con las dos variantes de Ómicron, por lo que "si estas coinciden en una misma célula del individuo atacado, el genoma de ambos virus se recombina al azar formando un híbrido con parte de uno y parte de otro".
El viceconsejero de Asistencia Sanitaria y de Salud Pública de la Comunidad de Madrid, Antonio Zapatero, recuerda que "que el virus mute es lo suyo". Aproximadamente cada 11 días aparecen nuevas variantes, según calculan los expertos. Una mutación que es necesaria para la supervivencia del virus ante las vacunas y las defensas propias de cada individuo.
Sí que es cierto que las nuevas mutaciones que van surgiendo cuentan con una mayor capacidad de transmisión, pero no aumenta la gravedad de los casos. La OMS se compromete a proporcionar actualizaciones sobre el avance de XE. No obstante, "Ninguna de ellas tiene capacidad para producir cuadros clínicos más graves", concluyen desde la Comunidad de Madrid.