Se llamaba Olga Zajac, tenía 28 años y era propietaria de una peluquería en Meshchovsk, una localidad al oeste de Rusia. Su nombre saltó a las páginas de actualidad por un hecho inusual, ya que fue condenada por haber abusado sexualmente de un ladrón. En concreto, del hombre de 32 años que intentó vaciar la caja de su negocio.
El agresor se convirtió en víctima cuando la propietaria del negocio, una mujer con cinturón negro de karate, le noqueó. El ladrón fue obligado a tomar viagra y pasó dos días retenido por la mujer, que abusó de él sexualmente. Al ser liberado por su captora, Viktor acudió al hospital con los testículos hinchados.
La historia parece sacada de una película de ciencia ficción, pero ocurrió en realidad, y Olga y Viktor acabaron los dos en la cárcel. De hecho, una escena parecida aparece en la célebre película ‘Pulp Fiction’ de Quentin Tarantino. Claro que la película de Tarantino es anterior, y es que a veces la realidad supera la ficción.
La venganza de Olga
Viktor Jasinski era un delincuente habitual de la zona acostumbrado a los pequeños robos sin sobresaltos. Pero la tarde que decidió robar en la peluquería de Olga Zajac, no se le va a olvidar en la vida. Atracó el local cuando ya estaba cerrado, sin reparar en el hecho de que la dueña seguía dentro.
Mientras robaba el dinero de la caja, Viktor fue sorprendido por la propietaria que empleó sus conocimientos de artes marciales. Olga golpeó al ladrón dejándolo inconsciente, y lo llevó a la parte trasera del local donde fue atado de pies y manos. Entonces le obligó a tomar viagra, provocándole una erección.
Olga abusó sexualmente de Viktor estando este completamente inmovilizado, y repitió la misma acción durante dos días. Mientras seguía con su vida normal, y de cara al público explicaba que había capturado al ladrón y lo había llevado ante la policía. En realidad, el delincuente estaba en el almacén.
Al tercer día lo liberó
Durante dos días, en sus horas libres Olga obligaba a su cautivo a ingerir las pastillas para tener erecciones y mantenía relaciones con él. Cuando acababa lo dejaba maniatado en el mismo sitio, donde permaneció recluido durante horas. Al tercer día decidió liberarlo, y el ladrón fue a la policía para denunciarla.
Eso sí, antes de acudir a la policía pasó por el hospital para recibir asistencia médica. Al parecer, el efecto de la viagra le había causada una inflamación en los testículos que tuvo que ser tratada por los doctores. El hombre quedó detenido por robo, y la policía acudió al negocio de Olga para detenerla también.
Al saber que había sido delatada, la mujer montó en cólera. “Qué bastardo, sí, tuvimos sexo un par de veces, pero le compré pantalones nuevos, le di comida y hasta mil rublos cuando se fue”, exlcamó indignada. La justicia no tuvo compasión y mandó a Olga a la cárcel por un delito de abusos y retención ilegal.
Quería darle una lección
En su declaración ante la autoridad, el ladrón explicó que la dueña del local lo ató desnudo a un radiador y lo alimentó a base de viagra. La joven lo mantuvo durante dos días como esclavo sexual hasta que decidió liberarle. Según declaró Olga Zajac, lo hizo “para que aprendiera la lección”.
La historia dio la vuelta al mundo y se convirtió en viral por su giro inesperado. Muchos aplaudieron la actuación de Olga, aunque pasó una buena temporada entre rejas. No sucede todos los días que un ladrón acabé atado a un radiador y convertido en esclavo sexual de la propietaria.