La pandemia ha dejado una estela de malestar generalizado entre los sanitarios. Los profesionales de la salud denuncian las condiciones precarias en las que se encuentran. Pero ya no saben qué hacer para ser escuchados. La última llamada de atención ha sido poner en alquiler un hospital.
Sin ir más lejos, ofertan el complejo asistencial que el Gobierno construyó como sala de descongestión de los centros de salud de la capital.
Un centro sanitario ubicado en Madrid en el que se invirtieron más de 150 millones de euros para construirlo. Ahora solo es el reflejo del caos en el que el Covid sumió a España. También, la muestra viva del colapso que sufrieron los centros de salud madrileños.
El Hospital Isabel Zendal de Madrid ha sido anunciado como construcción en alquiler por un grupo de sanitarios 'forzosos' del mismo.
Además, esta agrupación de trabajadores han protagonizado un llamamiento a las grandes empresas. Les animan a que conviertan el hospital de las pandemias en un centro logístico donde guardar sus enseres.
«Hemos puesto en alquiler el Zendal por si empresas como Amazon les interesa para almacenar sus productos, ya que como hospital no sirve. No ayuda a descongestionar el resto de hospitales del SERMAS y a nosotras no paran de marearnos», tuitearon.
«Cuatro naves industriales de última tecnología en un terreno de 80.000 metros cuadrados», detallaron en el anuncio realizado en Fotocasa.
La oferta que se publicó en una plataforma de compraventa de inmuebles no sobrevivió. Fotocasa, donde se lanzó este suceso irónico, lo eliminó. «Nos han borrado el anuncio», señalaron desde su cuenta de Twitter los precursores de la idea.
No obstante, la oferta de alquiler del Zendal duró el tiempo suficiente para que los más curiosos lo leyeran. Y por supuesto, que se diera pie al aluvión de respuestas ante la iniciativa propuesta por dicho grupo de trabajadores.
Muchos usuarios han aplaudido este hecho que quedará como anecdótico. Otros tantos se suman a seguir expresando sus quejas ante la situación que enfrentan los sanitarios en la actualidad.
«No es mala idea que sea una nave de Amazon u otra compañía. Yo me vacuné en Pabellón 3 y cualquier parecido con un hospital es puramente casual. Hace unos días llegó al ridículo absoluto al irse la luz; No tiene grupo electrógeno diésel», señalaron.
Descontento generalizado, aplauden el alquilar el hospital
La oferta del Zendal ha sido la chispa para encender a los usuarios. La normativa del centro no se han librado de ser criticada por lo que los usuarios entienden como una contradicción.
Por un lado, han publicado la petición de que nadie haga fotografías o vídeos en el interior de las instalaciones. Una normativa que se distribuye a lo largo y a lo ancho del hospital en forma de carteles.
Pero, como algunos dicen, esta ley no se aplica a todos por igual. «¡Pues anda que no hemos visto hacer fotos a los mandos, gestores y prensa de los políticos en el Zendal!», exclamaban.
Algunos antiguos pacientes que lucharon contra la enfermedad en el interior de sus muros han querido destacar la labor de los trabajadores. En definitiva, dejan constancia de que los sanitarios han sido grandes profesionales en un lugar que no está acondicionado como centro médico.
«Yo he estado ingresada en el Zendal. Solo puedo decir 2 cosas. Gracias a todo el personal de allí y la segunda, eso no es un hospital. Era como estar dentro de un motor del ruido que había. 4 baños para 48 camas. ¡Sanidad Pública!», denunciaron.
Detrás de esta idea llena de humor, se esconde una realidad. La misma que los propios protagonistas denuncian. Aquella que guarda relación con la gestión de la pandemia y la petición de aumentar las miras en sanidad. Eso sí, el Zendal no se alquila.