Una nueva polémica envuelve este miércoles, 14 de abril, al secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, y a la ministra de Igualdad y miembro de la misma formación, Irene Montero, que es además su pareja sentimental. Iglesias y Montero, que tienen tres hijos en común, residen en una casa de más de 220 metros cuadrados habitables en la localidad madrileña de Galapagar, al pie de la Sierra de Guadarrama. Es en este municipio donde en 2018 se instaló la pareja de Podemos, algo que acarreó una importante polémica dado el estatus de la vivienda, que muchas voces consideraron una contradicción con su ideología política.
El chalé de Pablo Iglesias e Irene Montero ha sido, pues, objeto de mucha polémica a lo largo de los últimos años: en especial, muchos contrincantes políticos y determinados medios de comunicación utilizaron la nueva vivienda como arma arrojadiza para atacar tanto a Iglesias, como a Montero, como a Unidas Podemos. Un ejemplo muy reciente, de este mismo martes, es el del escritor y periodista Alfonso Ussía en Twitter.
El chalé de Iglesias y Montero en Galapagar vuelve a estar en el centro de la polémica
Ahora, la famosa casa de Galapagar vuelve al ojo del huracán y centra de nuevo la polémica por una información que publica este miércoles, 14 de abril, el digital 'El Confidencial'.
Según el medio, la pareja realizó obras de reforma del chalé en 2019 que no declararon en su totalidad al Ayuntamiento de Galapagar, por lo cual no pagaron la cantidad debida de impuestos. Vayamos por partes. Montero e Iglesias compraron la vivienda en el año 2018 por un precio de 660.000 euros, pero muy pronto tomaron la decisión de hacer algunas reformas en su hogar. Sobre todo, porque en el momento de la compra eran padres solamente de sus dos mellizos, Leo y Manuel; mientras que en 2019, Montero quedó embarazada de su tercera hija, Aitana, que vino al mundo en verano de 2019.
Unos meses antes, en junio, la pareja decidió iniciar unas obras de reforma para convertir el garaje de la casa en una tercera habitación y aprovechar para construirse una barbacoa de obra en el porche trasero de la vivienda. El proyecto estaba inicialmente presupuestado en 40.000 euros, pero finalmente tan solo declararon al consistorio trabajos por valor de 13.055 euros, según publica 'El Confidencial'.
Las obras, hechas en dos fases, tributaron solo por valor de 13.000 euros
El citado medio ha tenido acceso a la documentación que la pareja presentó en el Ayuntamiento de Galapagar en relación a las obras realizadas en su chalé en 2019, que se completaron en dos fases. La primera la tramitó la propia Irene Montero en junio de 2019 y en la instancia presentada al consistorio se hacía mención de la construcción de la barbacoa y la ampliación de un camino de acceso al garaje. En total, unos trabajos valorados por 1.674 euros: sobre esta base presupuestada se calculan los impuestos municipales.
Entre licencia de obra menor, una fianza en concepto de gestión de residuos y el ICIO (impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras), la pareja pagó en tasas unos 240 euros por esta primera parte de las obras. Ya en septiembre, cuando había nacido la pequeña Aitana, la pareja culminó la reforma con una segunda fase de la obra. En el expediente presentado al consistorio de Galapagar, se hacen constar trabajos de carpintería y albañilería para convertir el antiguo garaje en una biblioteca con varios muebles; abrir una doble ventana al exterior en esta estancia e instalar un sistema elétrico e iluminativo más óptimo para esta sala.
Unos trabajos, los de la segunda fase, que según el presupuesto aportado por la pareja de Podemos al ayuntamiento ascendía a 11.381 euros, por los cuales pagaron poco más de 650 euros en impuestos municipales. En total, pues, de los 40.000 euros presupuestados inicialmente, la pareja tan solo realizó obras por valor de 13.055 euros, según se desprende de la documentación aportada al consistorio. Entre los descartes hechos se encontraba la construcción de un tabique móvil (10.200 euros), la instalación de calefacción radial en la nueva habitación y el acondicionamiento del sótano de la casa para utilizarlo como gimnasio personal.
No habría problema si realmente no se hubieran ejecutado las obras... pero según 'El Confidencial' se podrían haber hecho igualmente algunos de estos trabajos. El digital aporta una videollamada de hace un año cuando Montero estuvo confinada en su casa al contraer el covid-19: detrás de ella se puede ver un tabique que responde a las características del que estaba presupuestado pero que finalmente, 'a priori', no se construyó. De ser cierta esta información, Iglesias y Montero habrían incurrido en una infracción administrativa al realizar obras en su vivienda y declararlas indebidamente a su ayuntamiento, en una maniobra que les habría permitido ahorrarse impuestos. Sea como fuere, el chalé de Galapagar vuelve al punto de mira.