No hay ninguna duda, los objetos de Tomás Gimeno hallados en el fondo del mar suponen un gran paso para encontrar a Anna y Olivia. Pero el significado de su hallazgo no está tan claro. La policía tiene una teoría, la familia de las niñas desaparecidas en Tenerife, otras.
Tomás Gimeno desapareció con sus hijas Anna y Olivia, de uno y seis años, el 27 de abril. La botella de oxígeno y la funda nórdica halladas esta semana en el fondo del mar son la primera pista fiable para resolver el caso.
La botella de oxígeno lleva grabado el número de identificación de Tomás Gimeno, y por lo tanto pertenece a él. Para la policía, esto es una mala noticia. Reafirma su hipótesis de que el padre secuestrador lastró los cuerpos de las niñas al fondo del mar.
Los investigadores creen que utilizó la botella para hundir los cuerpos. El objeto se ha encontrado en la costa de Tenerife, donde estuvo Tomás Gimeno dos veces antes de desaparecer. Eso refuerza la teoría de la policía.
Sigue la búsqueda
Faltan por encontrar el cinturón de plomos y el ancla, los objetos con los que también creen que lastró los cuerpos de las niñas. El buque oceanográfico Ángeles Alvariño seguirá rastreando el fondo marino al menos hasta el 14 de junio.
Lo hace en un radio de menos de 15 millas, el espacio que marca la señal del móvil de Tomás. En el barco también llevaba un cinturón de plomo y un ancla. Desde hace semanas, la policía sospecha que utilizó esos objetos para hundir a sus hijas.
Se confirmaría así el peor desenlace para la desaparición de las niñas, pero la policía no trabaja con deseos sino con realidades. Y la hipótesis más firme para los investigadores es que mató a sus hijas en tierra firme, las escondió en bolsas y las hundió en el fondo del mar.
Según esta teoría, es probable que él también se hubiera suicidado. Las esperanzas de encontrar a Anna y Olivia con vida se van alejando. La noticia del hallazgo de la botella de oxígeno de Tomás causó ayer una gran conmoción.
Hay otra teoría: podrían estar vivas
Pero la familia de Anna y Olivia mantienen la esperanza de encontrarlas con vida. Y tienen razones de peso. Beatriz Zimmermann, la madre, sostiene que el hallazgo es parte del plan de Tomás para despistar a los investigadores.
La madre pasó una noche terrorífica pensando que de un momento a otro encontrarían los restos de sus hijas. Pero por otra parte, sigue manteniendo que su ex nunca haría daño a sus niñas. Y que todo responde a un plan muy bien pensado.
Tanto ella como los amigos de Tomás creen que dejó pistas falsas mientras se fugaba a otro país, lejos de España. Un amigo suyo puso a la Guardia Civil sobre la pista de la huida a Sudamérica. La policía no descarta ninguna hipótesis alternativa.
A pesar de la consternación inicial, la familia mantiene su teoría. «El hallazgo supone una conmoción para la familia», afirmó el representante, Joaquín Amills, «pero seguimos pensando que se trata de parte de la puesta en escena que llevó a cabo esa noche».
Para el representante de la familia, «concuerda con su pasado, con su inclinación a manipular». Amills dejó clara la versión de la madre: «Si lastró el edredón con la botella de buceo, ¿por qué no ha aparecido nada dentro del mismo?».
Cree que una persona tan meticulosa como Tomás no hubiera utilizado una botella de oxigeno: «¿No tenía cinchas a mano para lastrar dicho objeto? Cuesta entenderlo, la verdad». Eso reafirma su teoría de que están vivas en otro país.
Agradecen las tareas de búsqueda
«Seguimos pensando que Tomás nos sigue haciendo perder el tiempo como con aquellas idas y venidos con bultos en el puerto», asegura el representante. Aun así, la familia de Anna y Olivia agradecen todo el esfuerzo en la búsqueda de las niñas.
La búsqueda de Anna y Olivia es ya la más exhaustiva que se recuerda en España. Se han utilizado todos los medios disponibles para buscarlas por tierra, mar y aire. La búsqueda con el buque seguirá otra semana más, a pesar de que cuesta 10.000 euros al día.