El caso de las niñas desaparecidas de Tenerife da un paso más. La Guardia Civil ya sabe de quién son los dos objetos hallados en el fondo del mar. Según acaban de confirmar, pertenecen a Tomás Gimeno, el padre de las niñas.
Tomás desapareció con Anna y Olivia el 27 de abril. Desde entonces buscan cualquier pista que pueda acercarles hasta ellas. En la última semana, la búsqueda se ha centrado en el fondo del mar, donde los investigadores creen que pudo haber hundido a las pequeñas.
Durante una semana, el buque oceanográfico Ángeles Alvariño ha rastreado el fondo del mar sin hallar ninguna pista. Pero ayer aparecieron una botella de oxígeno y una sábana. Tras analizar los objetos, se ha confirmado que pertenecen a Tomás.
La botella de oxígeno y la sábana fueron trasladados al Servicio de Criminalística de la Guardia Civil, en Madrid. Los especialistas han analizado los objetos y han concluido que pertenecen al padre. Esto confirma un poco más las sospechas de la policía.
Sigue la búsqueda hasta el día 14
Los investigadores creen que Tomás mató a sus hijas, las escondió en bolsas y las lastró hacia el fondo del mar. Probablemente, luego se quitó la vida. Por eso buscan en el fondo del mar cualquier pista que pueda acercarles hasta ellos.
Lo hacen con un buque equipado con un sonar y un robot submarino, en la zona donde apareció la lancha de Tomás a la deriva. Tras el hallazgo de los objetos, la Guardia Civil prolongará la búsqueda submarina hasta el próximo 14 de junio.
Los amigos de Tomás y la madre de Anna y Olivia creen que están vivos. Un amigo del padre puso a la Guardia Civil sobre la pista de una posible fuga a Sudamérica. La policía no descarta ninguna opción, pero la principal hipótesis es la del asesinato y el suicidio.
Primera pista fiable
Las cámaras del puerto registraron a Tomás cargando unos bultos en su lancha. Volvió poco después solo, y estuvo en tierra firme algo más de dos horas. Finalmente, volvió a zarpar y a partir de ahí se le perdió la pista.
La Guardia Civil ha rastreado también la casa y el coche de Tomás, en busca de rastros orgánicos. Pero tampoco encontraron nada. La botella de oxígeno y la sábana son las dos primeras pistas fiables para seguir el rastro de Tomás Gimeno y encontrar a las niñas, vivas o fallecidas.
La familia de Anna y Olivia mantiene la esperanza de econtrarlas con vida. Mientras la policía hace su trabajo, la madre de las niñas sigue difundiendo su imagen para pedir la colaboración ciudadana.
Una búsqueda sin precedentes
La búsqueda de Anna y Olivia por tierra, mar y aire, es ya la más exahustiva que se ha llevado a cabo en España. Las primeras hipótesis apuntaban a una fuga de Tomás con las niñas a otro país. La Guardia Civil rastreó las embarcaciones con rutas extrañas hacia África y Sudamérica.
Por ahora, esta línea de investigación no ha dado resultados. Otra hipótesis es que Tomás Gimeno nunca saliera de la isla. Por eso se rastreó su casa y su coche con perros especializados en oler cadáveres, pero no encontraron ni un solo rastro orgánico.
La semana pasada empezó la búsqueda en el fondo del mar. El Ángeles Alvariño, un buque equipado con un sonar y un robot submarino, busca palmo a palmo cualquier objeto extraño. Los investigadores están convencidos que es la última oportunidad para resolver el caso.
Perfil psicológico de Tomás Gimeno
En el afán de encontrar a las niñas, la policía trabaja incluso con un equipo de psicólogos y criminólogos. Su función es elaborar un perfil criminal de Tomás Gimeno para intuir sus movimientos. Tratan de meterse en su mente para descifrar sus intenciones.
Los expertos definen al padre secuestrador como una persona desconfiada y con poco control sobre sus acciones. Tomás estaba celoso de la relación que su ex, Beatriz Zimmermann, mantiene con un hombre bastante mayor. Este fue el detonante para secuestrar a sus hijas.