Para iniciar la desescalada sin riesgo de un segundo pico de contagios, es clave tener un control lo más exhaustivo posible de la incidencia del virus en la población. Por eso el ministro de Sanidad, Salvador Illa, acaba de anunciar que durante la transición a la nueva normalidad el Gobierno pondrá en marcha una nueva estrategia para mejorar el diagnóstico del Covid-19.
El nuevo sistema para un mejor diagnóstico precoz del Covid-19 será valorado hoy por el Sistema Nacional de Salud pretende cubrir la necesidad de disponer de capacidades extra en la asistencia sanitaria, vigilancia epidemiológica e identificación y contención de fuentes de contagio como premisas para la fase de desescalada que ahora inicia España.
El principal problema con el que se encuentra el Gobierno ahora mismo es que no tiene un plano real de la situación del Coronavirus en España porque hay un déficit de test con el que ampliar el diagnóstico de la población y en algunos casos los test rápidos muestra una baja fiabilidad, algo que se pretende corregir ahora con una nueva estrategia.
«La nueva estrategia está adaptada a la fase de transición y se incluye en la necesidad de reforzar la identificación precoz de fuentes de contagio», ha dicho el ministro en una rueda de prensa conjunta con el ministro de Transporte, José Luis Ábalos. Ha dicho que para su puesta a punto tiene que ser revisada por el sistema de salud, y que se prevé que empiece a funcionar durante esta primera fase.
Aunque no ha querido desvelar en qué consiste este nuevo plan para mejorar el diagnóstico, ha puntualizado que para que sea efectivo se necesitará reforzar las capacidades de los sistemas de atención primaria de las comunidades autónomas, que deberán disponer de suficiente capacidad de testeo a través de pruebas PCR para identificar y vigilar a los contagiados.
Sobre los datos de contagiados y fallecidos en España, el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, acaba de negar rotundamente que se oculten cifras y ha acusado al PP de irresponsables por pedir explicaciones sobre el recuento: «La solicitud parte de premisas torticeras, irresponsables y muy peligrosas».
En este sentido, defiende que España es uno de los países más transparentes en cuanto a la información pública disponible sobre la pandemia y su impacto y ha explicado que tanto el Gobierno como las comunidades autónomas están haciendo un esfuerzo extraordinario por recopilar la mayor cantidad de información posible, mejorar la calidad de los datos y ofrecerlos de forma clara y puntual a la ciudadanía.