La Guardia Civil sigue investigando las circunstancias de la muerte de Esther López, la joven que estuvo un mes desaparecida en Traspinedo (Valladolid).
Los investigadores tienen claro que murió atropellada. Un nuevo dato ha causado estupefacción y podría ayudar a resolver el caso.
La muerte de Esther López la madrugada del 13 de enero sigue siendo uno de los casos más complicados a los que se ha enfrentado la Guardia Civil. Primero se pensó en una fuga voluntaria, y luego se barajó el crimen como hipótesis principal. El hallazgo del cadáver, un mes después, lo cambió todo.
A estas alturas, la principal y única hipótesis de los investigadores es que Esther murió atropellada. Nuevos datos apuntan a que Esther fue atropellada a una velocidad no muy rápida y abandonada mientras agonizaba. Al cabo de unas horas movieron el cadáver de sitio.
Novedades del caso Esther
Según ha descubierto la Guardia Civil, Esther no murió por un gran impacto sino que fue atropellada a poca velocidad. La joven, de 35 años, no recibió un golpe muy fuerte pero suficiente como para provocarle un shock hipovolémico mortal. Creen que la víctima murió por un golpe lateral en la cadera.
Además han descubierto que el autor o autores del atropello movieron el cuerpo de la víctima en las horas posteriores. Esther habría sido arrollada por un coche que se dirigía en dirección al pueblo de Traspinedo, en la misma dirección que ella. El golpe no fue muy fuerte, y por lo tanto no dejó marcas en la carrocería.
Esto dificultaría la tarea de la policía de encontrar el vehículo con el que se produjo el accidente. Esta es su prioridad, una vez que han establecido una hipótesis principal de la muerte a través de múltiples evidencias. La víctima presentaba una fractura en la cadera, compatible con la de un atropello.
Buscan un coche azul
Las evidencias corroboran otra de las sospechas de los investigadores: que el cadáver fue movido de sitio. El cuerpo fue hallado el 5 de febrero (23 días después de su desaparición) en una cuneta en la entrada de Traspinedo. En una primera observación observaron que el cadáver había sido movido de sitio.
Durante todo este tiempo, la Guardia Civil ha realizado todo tipo de pruebas en el lugar donde creen que ocurrió el accidente. La reconstrucción del atropello ha contado con la colaboración de los expertos en investigaciones de accidentes de tráfico (ERAT). También se ha analizado la ropa de la víctima.
En ella encontraron una mancha de pintura azul, que podría corresponder al vehículo del atropello. No es una prueba determinante, pero sí un indicio para acotar la búsqueda de un vehículo azul. Por la altura a la que la víctima recibió el golpe, creen que se trataría de una furgoneta o un coche tipo SUV.
Investigación muy compleja
En la zona donde apareció el cuerpo recogieron muestras y objetos que pudieron haberse desprendido fruto del atropello. Pero tampoco está claro que el atropello se produjera en la zona donde se halló el cuerpo. De hecho, los indicios apuntan a que el cuerpo fue movido de sitio en las horas posteriores.
La investigación está avanzando muy lentamente por la gran cantidad de datos que han estando recabando durante semanas. Entre otros, los de las antenas de telefonía para saber cuantos vehículos pasaron por allí aquella madrugada. Los agentes siguen trabajando con paciencia, conscientes de que aún queda mucho trabajo por delante.
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Los investigadores creen que atropellaron a Esther de forma accidental, y que después la abandonaron junto a su mochila y su teléfono móvil. Resulta escalofriante pensar que la dejaron moribunda en una cuneta, mientras agonizaba. Además se trataría de un delito añadido, el de omisión de socorro.
Movieron el cuerpo
Las pruebas indican que el cuerpo de Esther fue movido antes de que pasaran 20 horas del atropello. El infractor o los infractores habrían movido el cuerpo desde el lugar del atropello hasta la cuneta para dificultar el hallazgo del cuerpo. Queda descartado que ocultaran el cuerpo durante días, como se especuló.
Los resultados de la autopsia revelan que el cadáver llevaba semanas en el lugar donde fue encontrado. Las comprobaciones de la Guardia Civil corroboran que a más de diez metros de la cuneta era imposible ver el cadáver de la víctima. Por eso tardaron tanto en encontrarlo, a pesar del gran dispositivo de búsqueda.
La investigación ha contado siempre con tres sospechosos, que siguen en el punto de mira de los agentes. Uno de ellos, Ramón ‘el manitas’, pidió recientemente que se le retirara la condición de investigado. El juez rechazó su petición y sigue siendo uno de los dos grandes sospechosos del suceso.
Los dos sospechosos
Los otros dos investigados son las últimas personas que vieron a Esther con vida, y ambos señalaron a Ramón. Pero la policía no ha encontrado ni un solo rastro de ADN de la víctima ni en su casa ni en su coche. Tampoco en el vehículo de Óscar, la otra persona que sigue investigada en el caso Esther López.
El tercero, alias ‘Carolo’, ya no figura como investigado del caso porque se ha demostrado que bajó del vehículo antes que Esther. Todas las nuevas pruebas han ido confirmando que esta persona no tuvo nada que ver con los hechos. Ahora falta por confirmar la implicación de Ramón y de Óscar.
Mientras, la investigación sigue a paso lento por con firmeza a la luz de los nuevos datos que van apareciendo. Los investigadores confían en que el esfuerzo valdrá la pena y podrán dar finalmente con la persona o las personas implicadas. De momento, el caos sigue removiendo el pueblo de Transpinedo.