A lo largo de la pandemia, los diferentes gobiernos de todo el mundo han tomado diferentes estrategias para combatir al virus y frenar los contagios. La mayoría decidieron optar por un confinamiento estricto durante la primera ola, siguiendo el modelo aplicado en China. Esta medida produjo su efecto en casi todos los países el planeta que en menor o mayor tiempo vieron reducido el impacto del virus.
Pero la realidad es que a partir de la reapertura, se tomaron modelos muy diferentes en zonas como Europa o Américas que han vivido una situación mucho peor que por ejemplo buena parte de Asia u Oceanía a partir de los meses de agosto o setiembre. Y es que países como Nueva Zelanda han demostrado que se puede tener controlado al virus y volver a una cierta normalidad si se toman las medidas adecuadas a tiempo y se hace un buen seguimiento y rastreo de los contagiados.
Es por eso que no es de extrañar el contundente anuncio que hacía el gobierno neozelandés este sábado, después de detectarse un único caso de coronavirus tras estar varias semanas libres del virus. A partir de este domingo su ciudad más poblada, Auckland con unos 2.000.000 de habitantes, pasará a estar totalmente confinada, como marca el Nivel 3 de restricciones.
El resto del país pasará a estar en restricciones de Nivel 2, según confirmó la propia primera ministra, Jacinta Ardern. Así en las próximas horas, quedan prohíbidas las reuniones públicas, se pide trabajar desde casa y se declara obligatorio el uso de mascarilla, medida que no se se aplica habitualmente tras la buena situación alcanzada por el país oceánico.
Estuvo varios días sin cumplir el aislamiento
El caso fue detectado este mismo sábado después que se confirmará el positivo de un hombre que se había sometido el viernes por la tarde a una prueba de coronavirus. Las autoridades sanitarias del país consideran este contagio un caso comunitario de coronavirus de origen desconocido pues no han podido determinar dónde se pudo infectar el afectado.
Pero la realidad es la actitud de este ciudadano ha causado mucho indignación entre el gobierno de Nueva Zelanda. Y es que pese a notar los primeros síntomas el pasado martes, decidió seguir haciendo vida normal y no se puso en aislamiento. Es más después de someterse a la prueba de coronavirus, este mismo viernes acudió al gimnasio y a otros lugares públicos con gran afluencia. Ardern afirmaba que es una «causa de preocupación» ver que no cumpliera unas mínimas medidas de seguridad. El director general de Salud, Ashley Bloomfield, confirma que se está haciendo pruebas a los familiares más cercanos.
Nueva Zelanda, considerada el país que mejor ha gestionado la pandemia
Desde casi que empezo la pandemia, el gobierno de Nueva Zelanda ha sido considerado internacionalmente como uno de los que mejor ha sabido luchar contra el virus. A lo largo de estos meses, nunca le ha temblado el pulso para tomar medidas drásticas como el actual cierre de Auckland.
El pasado miércoles por ejemplo los habitantes de esta misma ciudad ponían fin a un nuevo confinamiento de tres días. Este se produjo después de que tres miembros de una misma familia dieran positivo y se confirma que estaban contagiados de la tan temida variante británica.
El país oceánico hace meses que ha recuperado cierta normalidad, aunque sí limita mucho las entradas desde el extranjero. Durante muchos períodos ha acumulado semanas libre de covid, hasta superar algunos tramos de más de 100 días. En toda la pandemia ha detectado 2.372 contagios y ha sufrido 26 muertes entre sus 4,8 millones de habitantes.