El coronavirus sigue demostrando que da igual la condición física o la edad que se tenga, que cualquiera podemos ser víctima del mismo. Es por eso que se siguen produciendo fallecimientos a causa de esta enfermedad en todos los sectores de la población y en cualquier rango de edad. Solo hay que ver la triste noticia que confirmaba este sábado el ministerio de Defensa.
Y es que se anunciaba el fallecimiento por Covid-19 del sargento primero de la Armada Francisco Rodríguez Sánchez, de 43 años. Este formaba parte de la tripulación del Buque de Investigación Oceanográfica 'Hespérides'. Después de ser hospitalizado el pasado 13 de enero y tras semanas ingresado en la UCI, acababa muriendo en el hospital de Gran Canaria Doctor Negrín.
El ministerio ha utilizado su cuenta oficial de Twitter para dar el pésame a familiares y amigos. También ha querido mandar «todo el cariño» a la dotación del Hespérides. «Descanse en Paz el sargento primero de la Armada, Francisco Rodríguez Sánchez, fallecido hoy por Covid-19. Nuestro más sincero pésame a sus familiares y amigos.DEP», recogía el mensaje de Defensa.
Francisco Rodríguez era natural de Cádiz aunque actualmente estaba destinado en la base marítimas de Cartagena. Será allí donde tendrá lugar un funeral en su recuerdo, del que de momento se desconocen los detalles.
Se detectó un brote a principios de año
El buque oceanográfico Hespérides se vio obligado a cancelar su habitual participación en la campaña en la Antártida por culpa de un brote de coronavirus que llegó a afectar hasta el 60 por ciento de su dotación. Todo pese en todo momento se intento conseguir que el barco fuera un 'espacio libre de Covid', realizando una cuarentena previa entre sus tripulantes y sometiéndose estos a pruebas PCR.
Como comentábamos, es un evento anual el viaje que este buque realiza al punto más al sur del planeta y donde ser reúnen militares y científicos. Debido a sus particulares características, el Comité Polar Antártico había elaborado un estricto protocolo para que se pudiera llevar a cabo su misión pese a la actual situación de pandemia.
Fue cumpliendo con todos estos criterios, que todas las personas que iban a embarcar en el buque, cuando todavía se encontraban en tierra, se realizaron una prueba PCR e inmediatamente después se sometieron a un periodo de cuarentena. Una vez se cumplieron los días correspondientes, se volvió a realizar una nueva prueba PCR antes de embarcar a todos los integrantes del viaje.
Pese a estas medidas, la alarma saltó solo tres días después de partir, el 30 de diciembre, desde Cartagena. Fue entonces cuando un miembro de la tripulación presentó síntomas que eran compatibles con el coronavirus. El día 3 de enero ya se había detectado la existencia de un foco a bordo, con cuatro infectados.
El Hespérides decidió entonces poner rumbo a Las Palmas para que se pudiera llevar a cabo el tratamiento de los enfermos, además de poner en aislamiento y vigilancia a todos aquellos que habían estado en contacto directo con ellos. En el puerto se realizó también un test de antígenos a toda la tripulación y personas que viajaban a bordo del buque, que acabaron confirmando seis nuevos casos positivos.
Horas después se sometió a todo el personal a un nuevo test PCR y los positivos aumentaron de nuevo hasta llegar a 35, como decíamos algo más de un 60 por ciento de la dotación. Aunque se intentó por todo los medios posibles controlar el brote, el Ministerio de Ciencia e Innovación y la Armada decidieron finalmente cancelar su participación en la campaña Antártica.
El buque estuvo en Las Palmas un total de 24 días hasta que el Instituto de Medicina Preventiva de Defensa dio por superado el brote. Fue entonces cuando volvió a su base habitual en Cartagena para prepararse para otras campañas nacionales que se realizarán los próximos meses.