«Una auténtica revolución verde». Esto es lo que está preparando el Gobierno de cara la plan de reconstrucción tras el Coronavirus según ha explicado su portavoz María Jesús Montero, que ha detallado algunas de las medidas que se pondrán en marcha y que afectarán al día a día de los consumidores y usuarios en cuestiones muy prácticas.
El Gobierno anuncia así el inicio de una reorientación hacia un modelo de crecimiento más competitivo y eficiente en España, en el marco del compromiso de la Unión Europea con una economía circular más responsable con el planeta y las generaciones futuras.
En este marco, el ministerio de Transición Ecológica anuncia la aprobación de la Ley de Residuos y suelos contaminados que afecta a los plásticos de un solo uso, y de un real decreto para mejorar el control del traslado de los residuos.
Una de las grandes novedades es que se gravarán fiscalmente los envases de plástico de un solo uso, con un nuevo impuesto de 0,45 euros por kilo de envase que se prevé que aporte a las arcas del Estado 724 millones de euros. El Gobierno quiere utilizar así estas medidas como palanca para la recuperación tras el Coronavirus.
La nueva normativa afectará a la vida cotidiana de los bares y restaurantes, que estarán obligados a dar agua del grifo gratis a los clientes que la pidan y, a partir de julio de 2021, tendrán prohibida la venta de artículos de plásticos de un solo uso como platos, cubiertos y pajitas. También cobrarán por vasos y envases de comida de plástico a partir de 2023.
Pagar por los envases de plástico
Esta será la primera legislación española sobre la limitación de plásticos de un solo uso, que provocará que a partir del 1 de enero de 2023 quede prohibida la distribución gratuita de vasos para bebidas, incluidos tapas y tapones, y los recipientes para alimentos de consumo inmediato en el establecimiento donde se piden o para llevar.
En el caso de este tipo de envases utilizados para comida rápida, el comerciante debe cobrar por cada producto de plástico que entregue al consumidor y diferenciarlo en el ticket de compra, con lo que el ministerio de Transición Ecológica prevé la reducción de esos productos en un 50% en 2026 y en un 70% en 2030.
Por otro lado, desde el 3 de julio de 2021 quedará prohibida la introducción en el mercado de bastoncillos de algodón (con excepción para productos sanitarios), cubiertos, platos, pajitas y agitadores de bebidas, palitos destinados a sujetar e ir unidos a globos, y recipientes y vasos para alimentos y bebidas hechos de poliestireno expandido, incluidos sus tapas y tapones.
Agua gratis del grifo
También se prohibirán los productos fabricados con plástico oxodegradable y el uso de cosméticos y detergentes que contengan microplásticos. En relación con las botellas de plástico, el ministerio fija dos objetivos temporales: en 2025 deben recogerse separadamente el 8% del peso respecto al introducido en el mercado, y en 2029 esa cifra debe aumentar al 90%:
El proyecto de ley obligará también a las administraciones públicas a adoptar las medidas necesarias para reducir el consumo de agua embotellada en sus dependencias y fomentar las fuentes de agua potable el condiciones que garanticen la higiene y la seguridad alimentaria, de manera que ofrezcan agua en envases reutilizables.
Por lo que respecta a bares y restaurantes, tendrán que ofrecer a los clientes la posibilidad de consumo de agua no envasadade manera gratuita y complementaria a la oferta del mismo establecimiento, siempre que el ayuntamiento o la suministradora de agua garanticen que es apta para el consumo humano y cumple con las condiciones sanitarias exigibles.