Las mutaciones del virus han supuesto un contratiempo a nivel global, sobre todo en el aspecto de prevención que tiene como principal arma el uso de vacunas. El Reino Unido fue el primer territorio que identificó una mutación del patógeno y que puso en jaque los planes de vacunación. Semanas más tarde se sumaron Brasil y Sudáfrica, con un elemento común, una mayor tasa de contagio y mortalidad asociada, pero sobre todo un miedo a la posible inhibición de las vacunas.
A pesar de los cambios que se producen en el virus, solo algunos de ellos resultan peligrosos para la integridad de los seres humanos. Una de las modificaciones genéticas es la E484K, está presente en las cepas reportadas hasta la fecha. Ravi Gupta, profesor de Microbiología Clínica de la Universidada de Cambridge, ha charlado con Elías Camhaji, periodista de 'El País', y en una entrevista ha narrado como las diferentes variantes pueden retrasar la erradicación de la pandemia.
«No hay duda de que las variantes harán más difícil la respuesta mundial, quizá harán que nos tome uno o dos años más recuperarnos» apunta el experto. El especialista aprecia el esfuerzo de la comunidad internacional por la rápida fabricación de las vacunas y considera fundamental que todo el mundo tenga acceso a ellas.
Las diferentes vacunas
La proteína espiga es la principal señalada por investigadores de todo el mundo como la puerta de acceso del virus al organismo. Es por ello que para combatir este patógeno infeccioso, los esfuerzos de las dosis administradas se centran en que el sistema inmunológico detecte la amenaza que supone esta proteína.
«Está en un lugar crítico para la interacción entre esta proteína y los receptores de nuestras células. Puede afectar a la respuesta de nuestros anticuerpos y eso es lo que preocupa a mucha gente» comenta Gupta sobre la mutación y sus posibles consecuencias en las diferentes vacunas distribuidas. Asegura también que debido a esta modificación se puede generar un diagnóstico más grave de la enfermedad.
La argumentación del especialista queda respaldada por la decisión de Sudáfrica de utilizar la vacuna desarrollada por AstraZeneca y la Universidad de Oxford. Según aseguran fuentes oficiales, un estudio afirmaba una menor eficacia contra la variante del territorio, que como principal pilar diferencial es la capacidad de expansión que posee.
Para el especialista resulta fundamental controlar los contagios, y que de esta forma no se produzcan nuevas mutaciones que puedan complicar los procesos de vacunación a nivel global. Sobre todo porque es de esperar que se sigan produciendo más variaciones del coronavirus.
«Si el público no puede entender de lo que estamos hablando, corremos el riesgo de que no puedan seguir las recomendaciones. Parece que las variantes dominarán la conversación en los próximos meses» argumenta en base de otorgar un nombre distintivo a cada cepa, para que sean fácilmente distinguibles.
La expansión de las cepas
En un primer momento se había desechado la idea de que la nueva variable del virus pudiera ser más mortal, solamente se apuntaba su mayor expansión. Desde Sanidad esta noticia quedó desmentida a principios de mes a través de unas declaraciones efectuadas por Fernando Simón.
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad confirmaba a principios de mes la «posibilidad real» de que esta variante del virus fuera más grave, y que provoque una nueva oleada de contagios.
«La variante VOZ B.1.1.7 está presente en España y se ha detectado en varias comunidades autónomas donde además se ha producido transmisión secundaria» sentenciaba un documento oficial emitido por el Ministerio de Sanidad. En algunas comunidades esta variable ha llegado a afectar en algunos núcleos urbanos al 40% de la población, como es el caso de Cádiz o Málaga.