Un menor de solo 11 años de edad fue ingresado en el hospital Santalucía de Cartagena, en Murcia, después de ser víctima de una agresión homófoba por parte de un compañero de su instituto, de 15 años.
Según recoge la cadena 7 Televisión Región de Murcia, la agresión se produjo a la salida del instituto Isaac Peral, donde estudian tanto la víctima como su agresor. La hermana de la víctima, Gissel, ha explicado que su agresor le atacó por la espalda: «Estaba detrás de él, lo cogió del bolso por detrás y de una vez le pegó un puñetazo. Quedó inconsciente», relata.
Ya en el suelo e inconsciente, el menor siguió recibiendo golpes y patadas hasta que su madre logró intervenir. La víctima acabó con una fractura en el tabique nasal, que según su hermana «se le había hundido y no podía respirar bien». Al parecer, la razón detrás de la paliza fue homofóbica, porque no era la primera vez que el agresor se metía con la víctima al grito de «maricón».
De hecho, el mismo centro escolar ha admitido que tenían conocimiento, por parte de la víctima, de que estaba recibiendo insultos y amenazas de la persona que le golpeó. Como consecuencia de estos hechos, el agresor ha sido expulsado durante 15 días del instituto, aunque la familia y otros padres que se han solidarizado con ellos están intentando recoger firmas para que su expulsión sea definitiva. Además, han denunciado al agresor ante la Policía Nacional, que al tener 15 años es imputable y podría enfrentarse a un delito penal.
Gissel ha explicado que su hermano está «muy triste, destrozado», y que no entiende por qué le ha pasado esto a él: «Le decía muchas veces maricón y se metía con él por eso». «Si le ha pasado a mi hermano, le puede pasar a cualquiera», sentencia.
Los insultos y las agresiones llevaban tiempo produciéndose
La madre del pequeño ha explicado posteriormente cómo estaba siendo la situación para su hijo antes de ser víctima de la agresión. Este curso, el hijo de Sikiu empezaba primero de la ESO y lo hacía con ilusión, pero solo le duró tres días.
El niño empezó el curso ilusionado, «pero al tercero no quería volver», explica su madre, que admite que su hijo no quiso decir qué pasaba al principio: «No sabíamos que era tan grave». Más tarde, la familia descubrió que «había un grupo de chicos que le hacían 'bullying' y se metían con él desde que llegó al centro». Finalmente, los insultos y amenazan se hicieron realidad con la agresión sufrida a las puertas del colegio.
Fue en octubre cuando empezaron a sospechar que algo no iba bien en el colegio: «Hace un mes me llamaron del instituto para decirme que mi hijo tenía ganas de vomitar, pero él se puso así porque en realidad se quería ir de allí después de haber tenido un problema con otros chicos», explica Sikiu. A sus padres les pareció extraña su conducta, ya que siempre había sido un buen estudiante, por lo que le preguntaron qué le pasaba.
El niño les admitió que algunos chicos del colegio «le decían siempre que le esperaban a la salida de clase» y que le insultaban: «Se burlaban y se metían con él», especialmente en los cambios de la clase o en el recreo. Finalmente, el 2 de noviembre, las amenazas pasaron al ámbito físico y uno de los menores que le acosaban le propinó una paliza a la salida del colegio.
Su madre está «completamente rota» y ha explicado que su hijo tiene mucho miedo: «Después de la agresión, mi hijo ha vuelto a dormir conmigo porque tiene pesadillas y se despierta asustado: me pide que lo abrace».