El niño de 3 años fallecido el pasado viernes en la T4 de Barajas había acudido al aeropuerto para reencontrarse con su madre. Apenas pudieron estar diez minutos juntos. En ese periodo de tiempo se produjo un fatal suceso que acabaría con la vida del pequeño.
El menor se precipitó del carro portamaletas en el que iba subido, siendo arrollado por un autobús. Vivía con su abuela en Madrid y ambos habían ido al aeródromo a recibir a la progenitora. Ella regresaba de un viaje, posiblemente de Mauritania, de donde era originaria toda la familia.
Nada más llegar a suelo español tuvo la oportunidad de ver al niño en la puerta de llegadas. A continuación se dirigieron a la parada del autobús con un carro portamaletas. Eran las 14.30 del viernes, y el tránsito de peatones y vehículos no se detiene en las instalaciones madrileñas.
Las dos mujeres caminaban por la estrecha calzada de la parada con el niño. En algún momento, la madre levantó las manos de la palanca del carro, lo que provocó que dicho aparato frenara de golpe. Eso originó que el equipaje sobre el que iba sentado el menor se tambaleara y este saliera despedido a la calzada.
En ese preciso instante un autobús circulaba por esa vía, sin que la conductora pudiera hacer nada por evitar el atropello. El joven murió al instante, según informaron desde el SUMMA 112 de Madrid.
Nada más ocurrir el triste episodio, una patrulla de la Policía que se encontraba en las inmediaciones trató de socorrerle. También hicieron lo propio los operarios que se encargan de ordenar las filas de pasajeros en la parada de taxis.
El punto de estacionamiento de los autobuses se localiza en uno de los viales de salida de la terminal. Es una zona con escasa visibilidad y algo apartada respecto a otras áreas del aeródromo, como puede ser el caso de la parada de taxis.
El niño también recibió atención por parte del personal sanitario de la instalación aeroportuaria. No pudieron hacer nada. Lo mismo le ocurrió a los efectivos del Samur, que solo pudieron certificar su fallecimiento.
Una empleada del recinto explicó a El Español que "tenía que coger el bus que ha atropellado" al pequeño. "Lo perdí por tres o cuatro minutos y llegué al siguiente. En la parada estaban todos los equipos de emergencias, y lo que podría apreciarse en la calzada era muy desagradable".
Todo apunta a que el motivo de la muerte haya sido una presunta irresponsabilidad de la madre, señalan algunos vigilantes de seguridad a dicho medio. Aseguran algunas voces que no debía haber permitido que su hijo fuera en el carrito encima de las maletas, y también pudo haber sido víctima de una distracción.
El niño no debió subirse en el carrito
Señalan que este tipo de carritos no están pensados para los niños. "Los padres no se dan cuenta y les parece una tontería", cuentan.
"Si en los carros pone que está prohibido que se suban personas, es por algo", aclaran. No obstante, el caso ya se ha puesto en manos de la Policía Local de Madrid que será la encargada de aclarar los hechos.
Algo pasa con el caso Esther López y no cuentan toda la verdad
Tras el incidente, tanto la madre como la abuela tuvieron que ser atendidas por un psicólogo del equipo de emergencias. "Por el estado que presentaba, no debía ser ni consciente de lo que acababa de suceder", apuntaron algunos sanitarios. La conductora del autobús también requirió de la asistencia de un profesional al sufrir un ataque de ansiedad.
Las dos mujeres recibieron ayuda por parte del ayuntamiento de Madrid. Se encargaron de proporcionarles un alojamiento temporal. Estaban pendientes de que se desplazaran unos familiares que tienen en el norte de España para reencontrarse con ellos.
El niño, de 3 años, había acudido a Barajas para recibir a su madre. Pero el encuentro entre ellos apenas se alargó unos minutos.