El estado de alarma se mantiene vigente hasta el 26 de abril pero el descenso de contagios y fallecidos por Coronavirus marcha a buen ritmo. El Gobierno es optimista en cuanto al levantamiento progresivo del confinamiento, y acaba de anunciar las primeras medidas que se tomarán y las consecuencias de no cumplirlas.
Llama la atención, sobre todo, la medida que acaba de avanzar la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, sobre la obligatoriedad de llevar mascarillas. Cuando salgamos de la cuarentena será obligatorio salir a la calle con mascarilla y el que no lo cumpla tendrá que pagar una multa de hasta 300 euros.
Hasta ahora, ponerse la mascarilla es solo una recomendación y en todo caso es opcional, pero el Gobierno teme que la recuperación de la actividad económica y social tras el control de la epidemia conlleve una segunda oleada de contagios, así que ha decidido que para salir a la calle sea obligatorio, y no opcional, ponerse la mascarilla.
Las directrices de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las autoridades españolas recomiendan, en estos momentos, el uso de mascarillas quirúrgicas a las personas con síntomas y las de filtro a los que cuidan de enfermos. Sin embargo, en otros países como Austria, República Checa y Bosnia Herzegovina las mascarillas son de uso obligatorio.
Ahora, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, abre esta posibilidad también para España en el marco de las medidas que tomará el Gobierno de Pedro Sánchez para volver a la normalidad sin riesgo de un repunte. Se trata en todo caso, dicen desde el ejecutivo, de medidas tomadas por recomendación de los expertos que asesoran al gobierno en la crisis del Covid-19.
¿Desde cuándo será obligatorio?
El uso obligatorio de mascarilla para salir a la calle se pondrá en marcha cuando el ministerio de Sanidad solucione los problemas de escasez de material sanitario y de protección. Según fuentes del Gobierno, esto podría ser dentro de 15 o 20 días.
El problema es que a fecha de hoy no hay suficientes mascarillas para toda la población y según los organismos oficiales este método de protección no es útil si no se cambia con frecuencia. Por esto el Gobierno prefiere centralizar todo el material para el personal sanitario y dejar la medida para más adelante, cuando se levanten las medidas de restricción y baje la acumulación de pacientes en los hospitales, donde ahora este material es prioritario.
La principal preocupación es el riesgo que suponen los contagiados sin síntomas y el peligro a nuevos brotes una vez superada la situación actual. Una medida para evitarlo es proteger la nariz y la boca de toda la población y evitar que los asintomáticos contagien al resto. Por esto las autoridades serán inflexibles con quienes incumplan la normativa.
Salir a la calle sin la mascarilla supondrá pagar una multa de 300 euros, aunque ante la poca disponibilidad de este tipo de material en las farmacias se permitirá el uso de bufandas, pañuelos y utensilios similares. Con esta medida, además, el Gobierno pretende eliminar el estigma social de los contagiados.