No quiere utilizar su nombre real por miedo a represalias, pero Victoria, una cirujana de 32 años, denuncia que estando embarazada de 9 semanas la quieren obligar a trabajar en su hospital. Esto lo que explica a 'El Confidencial' donde recuerda que «las gestantes formamos parte, se supone, de las personas especialmente sensibles».
Sigue sin entender la situación cuando teóricamente el Gobierno las incluyo en las categorías de riesgo. Para no incorporarse a su centro hospitalario de Castilla-La Mancha ha tenido que mentir. Está de baja por «una lumbalgia que realmente no padezco» pero cree que es «el único recurso de que dispongo para conservar mi salud y la de mi hijo».
«Están pisoteando mis derechos»
Explica como la comunidad manchega es una de las que está obligando a ir a trabajar a sus profesionales sanitarias embarazadas. Habla de «una presión y un chantaje» insoportables. Y aunque tuvo un sentimiento de culpa y se sintió «insolidaria» hizo lo que hizo porqué «estaba en riego mi embarazo».
Su consigna no puede ser más clara: «Prefiero perder el trabajo que perder a mi hijo». Pero es que afirma que llego a escuchar: «No podemos permitir que las médicas embarazadas se vayan todas a casa». Daba igual su especialidad de un día para el otro se tenía que convertir en una «'experta' de coronavirus».
Defiende que lo pide «no es ningún privilegio» y que es «consciente de la emergencia». Pero recuerda esta embarazada por primera vez y que lo único que quiere es «vivir la experiencia como hacen otras mujeres» en su situación personal y profesional.
La opción que le plantean ahora des del hospital es que vuelva a trabajar sin necesidad de exponerse al coronavirus. Parece difícil cuando la cifra de profesionales sanitarios contagiados no para de crecer cada día.