El uso de la mascarilla es obligatorio en España prácticamente para cualquier cosa en el momento que sales de casa, pero todavía hay lugares donde muchas personas creen que nadie las está controlando y deciden no respetar la normativa, como los vehículos de uso privado.
Todos sabemos que para usar el transporte público hay que usar obligatoriamente la mascarilla, pero cuando circulamos en nuestro propio coche, al ser de uso privado, existe la idea de que funciona igual que en nuestra propia casa, algo que no es del todo cierto y que a muchas personas le ha supuesto un regalo envenenado: multas de hasta 500 euros.
Hace unos días, el Congreso aprobó el texto definitivo sobre la ley que regula la 'nueva normalidad' y que, entre otras cosas, establece claramente las situaciones en las que el uso de mascarilla es obligatorio.
La norma se refiere específicamente a «los medios de transporte aéreo, marítimo, en autobús, o por ferrocarril, así como en los transportes públicos» como lugares donde el uso de la mascarilla no es opcional, algo que hasta ahora había quedado bastante claro, pero se refiere también a los vehículos de uso privado.
Mascarilla obligatoria si se viaja con no convivientes
Así, el texto establece que todas las personas mayores de 6 años deberán llevar mascarilla dentro del coche, si viajan en vehículos de hasta nueve plazas, incluido el conductor, y acompañados por personas con las que no convive en el mismo domicilio.
Es decir, se puede ir sin mascarilla en el coche solamente si viajas solo o con personas que vivan en tu misma casa, pero si alguien circula con algún familiar o amigo de otro núcleo familiar, el uso de mascarilla es obligatorio, y por lo tanto, puede recibir una multa si le pillan sin ella.
De hecho, el artículo 31 del Real Decreto-ley 21/2020 establece que no llevar la mascarilla en el coche en los supuestos en los que es obligatoria puede suponer una infracción, por lo que la persona será sancionada con multas de hasta 100 euros.
Pero esa no es la única multa relacionada con las mascarillas. Si el conductor está conduciendo con ella y decide quitársela sin parar el coche, y por lo tanto, suelta el volante durante la conducción e incluso aparta la mirada de la carretera, la sanción económica podría ascender hasta los 500 euros —250 euros si se paga al momento— y se le podrían retirar hasta seis puntos del carné de conducir por una infracción temeraria contra la seguridad vial.
Si esta misma acción es considerada grave, la multa puede ser de hasta 200 euros. En este caso dependerá de cómo el agente de tráfico perciba la acción, pero fuentes de la DGT avanzan que esta normativa no está pensada como protección a la salud, sino como protección de la seguridad en las carreteras.
Si las reuniones están prohibidas, lo están también en el coche
Además, otro aspecto que pocos conocen es que el vehículo privado se entiende como un espacio privado y cerrado que se rige por las mismas normas que se rigen las reuniones sociales en cada comunidad. Si en una autonomía están prohibidas las reuniones en ámbito privado de más de cinco personas, en un coche tampoco podrán viajar más de cuatro personas.
Y si las reuniones están completamente prohibidas salvo con personas con las que se conviva, en el coche pasará igual: no podrán circular juntas dos personas que no convivan juntas. Como es habitual, hay ciertas excepciones que pueden aplicarse en este caso, como personas dependientes que necesitan los cuidados de otras personas, o que necesiten acompañante para ir a comprar o al médico.
Por último, otro de los motivos de sanción y que mucha gente desconoce es dónde dejar la mascarilla mientras se conduce. Muchos conductores tienen la tendencia de colgarla del retrovisor, pero esto está sancionado al considerar que la mascarilla puede alterar a la visibilidad que tiene el conductor de la carretera, por lo que podría recibir una multa de hasta 80 euros.
En este caso, esto se aplica no solo a las mascarillas, sino a cualquier cosa que podamos tener colgada del retrovisor, como pañuelos o incluso ambientadores, muy habituales en muchos coches.