«Escuchaba voces que me obligaban a hacer daño». Es lo que ha asegurado en el juicio por el asesinato de su padre una mujer acusada, en España, de haber acabado con la vida de su progenitor y de haberlo intentado también con su madre y tres sobrinos, todos ellos menores de edad.
Los hechos sucedieron el año pasado en una casa de Málaga capital y la Fiscalía pide para ella 57 años de cárcel, aunque la acusada alega tener problemas psiquiátricos: «Estoy muy arrepentida, pero no era yo». Se la acusa de un delito de asesinato, otro de lesiones y cuatro de tentativa de asesinato con agravante de parentesco, además con la atenuante de alteración psíquica.
La mujer habría asesinado a su padre a golpes y lo habría intentado con su madre y los sobrinos al tratar de volar por los aires la casa en la que se encontraban, la de sus padres, con una bombona de gas.
Como decíamos, los hechos sucedieron en Málaga, fue en julio de 2019 y de madrugada. Al parecer, la mujer se encontraba en la casa de sus padres con ellos y los tres sobrinos menores. En un momento de la noche, sin motivo aparente, la acusada se dirigió a la habitación del padre y comenzó a golpearlo.
El hombre se había quedado medio dormido viendo la televisión y aprovechó el momento «de indefensión», según el texto de la Fiscalía. Según se ha podido saber, llegó a darle «varios golpes en la cabeza, incluso a pisotearla».
Fue por ello que el hombre falleció, pues los golpes le ocasionaron lesiones graves que le provocaron la muerte en pocos minutos, pues le afectaron a la médula espinal, provocando una parálisis respiratoria.
Tras esto, la mujer fue entonces a la habitación en la que se encontraba la madre, cuando estaba durmiendo, y con un cuchillo de cocina «le apuñaló en la espalda y le golpeó con un rodillo de amasar de madera en la cabeza».
No suficiente con esto, y con la madre inconsciente, la mujer habría llevado la bombona de gas que tenían en la cocina hasta el salón, habitación en la que estaban durmiendo los tres sobrinos. Tras dejarla allí «cortó la manguera que lleva al regulador, provocando así una fuga de gas». Después de esto la mujer se fue de la casa.
Por suerte, uno de los menores se despertó por el fuerte olor a gas y alerto a los otros dos y a la abuela, todos ellos lograron salir de la casa sin que sucediera nada más.
«Escuchaba voces y me decían que debia hacer daño»
La acusada alega problemas mentales que le habrían llevado a cometer tales hechos. Pues, según ella, no recuerda lo sucedido y no sabe por qué podría haberlo hecho. «Lo siento mucho, yo siempre he querido mucho a mis padres y no quería nunca dejarlos solos; pero no era yo».
La defensa de la acusada ha asegurado que, según ha explicado su cliente, «no es consciente del momento en el que se convierte en una persona horrible». De hecho, según ella misma declaró, lo único que recuerda es estar en la casa tranquilamente y luego en el hospital.
Ella ha asegurado que lo único que hacía era cuidar a sus padres y que ya, desde antes de los hechos, «escuchaba voces y me decían de decían que debia hacer daño».
Un informe psiquiátrico que se le realizó después confirma que la mujer presentaría una patología médica que habría llevado a que en el momento de los hechos «ella no fuera ella», según la defensa.
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