Entre la estupefacción y la indignación. Así es como ha caído la noticia de la trágica muerte de Willow, una niña de 4 años. La encontraron muerta en su casa en Brisbane, Australia, y sus padres fueron detenidos como principales sospechosos. La dejaron morir de hambre, y fue devorada por las ratas.
Hay muchas incógnitas abiertas sobre la muerte de Willow Dunn, pero los investigadores creen tener claro quién lo hizo. E incluso por qué. La menor nació con síndrome de Down, y esto podría estar detrás del lamentable estado abandono en el que la encontraron.
Los detalles de la investigación que ha trascendido ponen los pelos de punta. La conclusión principal es que dejaron que la niña muriera de hambre, y que luego las ratas erosionaron su cuerpo. Los progenitores ya están en manos de la justicia.
Informe demoledor
La niña con síndrome de Down murió antes de que empezaran a comérsela los roedores, según apunta el informe policial. Así lo sugieren las heridas que poseía en la espalda. “El hecho de que estas úlceras por presión estén presentes y sean tan profundas muestra que la niña no se movió durante bastante tiempo.
Además, encontraron llagas en los huesos pélvicos y podría tratarse del efecto de la presión de la ropa y los pañales. A eso se le suma una pancreatitis, producto de la desnutrición y la deshidratación crónica. El informe del forense es claro: Willow fue abandonada por sus padres y no le dieron de comer ni de beber.
Hay otro dato escalofriante, y es que no la llevaban al médico desde hacía dos años. Por todo eso, tanto el padre como la madre han sido acusados de asesinato y crueldad infantil. El caso ha conmocionado a la sociedad australiana, y ha traspasado las fronteras.
Una gran crueldad
Los investigadores creen que la pequeña murió dos días antes del hallazgo del cuerpo. Ese fue un tiempo suficiente como para que las ratas devoraran su rostro y le provocaron llagas que llegaban hasta los huesos. Los agentes que trabajaron en el caso aseguran que nunca habían visto una crueldad igual.
Los procesados son Mark James Dunn, el padre biológico de la niña, y la pareja de este y madrastra de la pequeña, Shannon Leigh. Ambos declararon ante el juez esta misma semana y se enfrentaron a la gran cantidad de pruebas que existen contra ellos.
Durante la sesión tuvieron que escuchar las conclusiones de los exámenes forenses. Su responsable, el doctor Andrew Kedziora, aseguró que no había rastros de comida en el estómago. Y que había desarrollado una pancreatitis horas antes de su muerte.
Recuerda a otro caso
Este caso recuerda al de Olga Bazarova, la madre de 25 años que dejó morir a su bebé de hambre mientras ella estaba de fiesta en Rusia. La joven estuvo cuatro días fuera de casa, de fiesta con sus amigos. Dejó abandonado a su hijo de 11 meses en la cuna, y hallaron al bebé sin vida junto a su hermana mayor.
Fue la abuela quien lo encontró, tras varios intentos de contactar con la madre. Estaba junto a su hermana de tres años, que logró sobrevivir de milagro. La abuela, aterrorizada, llamó una ambulancia que salvó la vida de la mayor, pero no pudieron hacer nada por el pequeño.
El bebé murió de hambre y deshidratación, mientras que la niña padecía una desnutrición severa. Una vez detenida, la madre confesó haber abandonado a sus hijos en el apartamento. Pero negó que su intención fuera matarle, y fue condenada a 14 años de cárcel.