Uno de los pocos bomberos de la Comunidad de Madrid que no quiso vacunarse contra el coronavirus falleció hace unos días en el hospital. Se trata de José Ricardo Abad, más conocido por sus compañeros como Purgui. Tenía 48 años.
Compañeros y fuentes del gobierno regional se encargaron de confirmar el triste desenlace. Dicho cuerpo se compone de unos 1400 profesionales, de los cuales, la mayoría optó por darse el pinchazo. Sin embargo, él lo había esquivado.
Este bombero es la primera víctima mortal del parque a consecuencia del COVID-19. A raíz de esta muerte, desde el Ejecutivo madrileño han vuelto a realizar un llamamiento para concienciar a la población sobre la necesidad de vacunarse. Sobre todo entre los colectivos de riesgo y que vayan a estar en contacto con otros.
El fallecido tenía como destino el parque 13 de bomberos de Lozoyuela desde hace un par de décadas. Residía en Alcalá de Henares, y no estaba casado ni tenía hijos.
Se le ofreció en varias ocasiones la posibilidad de recibir la vacuna, aunque siempre se negó, según señalan fuentes de la Comunidad. Nunca quiso dar explicaciones de los motivos que le llevaban a rechazarla.
Desde Sanidad se le contactó en más de una ocasión para darle una cita. Pero siempre se mostró contrario a que le administrasen la dosis. Le habían advertido de la importancia que tenía la inmunización.
Sobre todo al tratarse de un funcionario, que está en permanente contacto con la gente. Se le hizo ver que en más de una ocasión posiblemente coincidiría con algún contagiado.
El bombero fallecido había mejorado, pero volvió a empeorar
El bombero fallecido empezó a sentirse mal a comienzos de agosto. Acabó ingresando en un hospital con los síntomas del coronavirus. Durante un par de semanas lo mantuvieron en la Unidad de Cuidados Intensivos.
En vista de que mejoraba bastante su estado, los profesionales optaron por sacarlo de la UCI. Pero aquello fue un simple espejismo. A los pocos días volvió a agravarse su salud.
Fue ingresado otra vez en la planta de críticos, donde acabaría falleciendo el pasado martes 31 de agosto. Así lo confirmaron fuentes sanitarias de la Comunidad de Madrid.
Los encargados de notificar su fallecimiento fueron los compañeros del 112 Madrid a través de Twitter. "Una noticia muy triste para el Cuerpo de Bomberos de la Comunidad. Nos ha dejado José Ricardo Abad a los 48 años", recogía el anuncio.
Continuaban diciendo que era un profesional "que prestaba servicio en el Parque 13 de Lozoyuela. Un fuerte abrazo para familiares, amigos y compañeros". Con estas palabras querían tener un gesto de recuerdo desde el equipo de Emergencias.
Hay que recordar que los bomberos y sanitarios del Summa fueron los primeros de los grupos de emergencia en recibir la vacuna. Empezaron a recibir las inyecciones entre los meses de febrero y marzo.
En las redes sociales todo el mundo quiso trasladar sus condolencias. Eso sí, había muchas críticas por no querer administrarse la dosis.
"Es una pena, pero las vacunas salvan vidas, o al menos ese es su objetivo. Habrá habido fallecidos ya vacunados, pero nada tiene que ver como cuando no había vacunas", lamentaba un usuario.
Otro aseguraba que "no estaba vacunad y ha muerto por COVID-19, siendo fuerte y bastante joven. Todo lo demás es buscar conspiraciones donde no las hay".
Un conocido mostraba sus condolencias, recordando "los días de lucha y sufrimiento. Seguía con inquietud tu evolución. Al final pudo el bicho", le dedicó en las redes sociales.
Una gran pérdida que deja un recuerdo imborrable para sus compañeros. Su muerte debe servir para evitar posibles muertes en el futuro por negarse a recibir la vacuna.