Aurelia

Aurelia, fallecida en su casa en España esperando una ambulancia 7 horas

La familia de Aurelia ha denunciado su caso a través de la Asociación El Defensor del Paciente

El trágico caso de Aurelia Marín Ramón sigue resonando con fuerza en toda Murcia. No solo porque se trataba de una mujer muy querida en la zona, conocida en la región como 'la abuela del atletismo murciano' por sus logros internacionales.

También porque su fallecimiento el pasado 26 de abril de 2020 habría sido fruto de una sucesión de "mala praxis médica en cuanto a las asistencias recibidas".

Según ha denunciado la familia a través de la Asociación El Defensor del Paciente, aquel día Aurelia permaneció en su domicilio más de 7 horas esperando la llegada de la ambulancia. 

Ese día, la anciana conocida por su gran vitalidad, no podía moverse de cama. La pandemia del coronavirus había empezado hacía tan solo un mes y los familiares encendieron todas las alarmas tras comprobar que sus constantes vitales no eran óptimas.

"No podía moverse de la cama y era un terremoto de mujer. Eso me pareció extraño, por eso decidí medir sus constantes con un pulsioxímetro que tengo porque padece asma. Llame al 112 y les dije que tenía una saturación de oxígeno del 91%, dificultad para respirar y estaba semiconsciente. Les expliqué que en su historial clínico constaba que había sido intervenida de una válvula del corazón", relata Antonio, el hijo de Aurelia, en una entrevista concedida a El Español.

A pesar del cuadro médico que presentaba, la paciente estuvo siete horas en casa sin recibir las mínimas medidas de soporte respiratorio.

Y eso que por el domicilio llegaron a pasar hasta 4 ambulancias que no pudieron hacer efectivo el traslado al hospital que había sido requerido.

Aurelia, la mujer que falleció en casa tras 7 horas esperando a la ambulancia

Según consta en el expediente administrativo del Servicio Murciano de Salud conseguido por El Español, la primera llamada al servicio de emergencias se produjo a las 10.03 horas.

Sin embargo, su llegada al domicilio no se produjo hasta las 12.16 del mediodía, dos horas después de haber sido solicitada.

"Un médico la examinó y me dijo que mi madre estaba para ser trasladada al hospital para hacerle pruebas, pero que ellos no iban a hacerlo porque vendría otra ambulancia", explica Antonio todavía sin entender los protocolos de actuación que se siguieron.

Mientras esperaban la llegada de la segunda ambulancia, los síntomas de Aurelia empezaron a empeorar rápidamente. Tenía fiebre y diarrea, pero los servicios de emergencias no daban señales de vida.

"Trascurridas tres horas sin noticias de los servicios de emergencias, a las 15.01 horas, Antonio Barranco llamó de nuevo al 061 a fin de reclamar la ambulancia de traslado. A las 15.29 horas llegó la ambulancia que, ante el estado de la paciente y la aparición de los referidos síntomas, solicitó apoyo", recoge la demanda presentada por la familia de la paciente.

La familia de Aurelia denuncia 'mala praxis médica' y fallo en el protocolo de traslado

Ante la aparición de síntomas compatibles con el coronavirus, el médico que viajaba en la segunda ambulancia ordenó la retirada del vehículo y solicitó una unidad especial VIR2. Es decir, un vehículo equipado con técnico y enfermero para casos sospechosos de ser COVID-19.

No obstante, la tercera ambulancia del día llegó sin médico y el equipo a bordo se negó a realizar un traslado a pesar de la desesperación del hijo de Aurelia.

"Les imploré que trasladasen a mi madre al hospital; les rogué que me ayudasen a bajarla a mi coche... Ellos se negaban diciendo que era peligroso para ella, pero en realidad no se la llevaron porque tenían miedo de que se les muriese por el camino", asegura Antonio a El Español.

Cuando finalmente llegó la cuarta ambulancia con médico a bordo ya habían pasado seis horas desde la primera llamada al 112.

Aurelia fue evaluada y trasladada al hospital a las 17.22 de la tarde, batiendo un triste récord que pone contra las cuerdas al sistema de salud público. Tardó 7 horas y 19 minutos en ingresar en el Hospital Virgen de La Arrixaca, que tan solo estaba a 2 kilómetros de su vivienda.

Finalmente, Aurelia falleció en el hospital sin poder despedirse de su hijo y dando negativo en la prueba del coronavirus. "Murió de una insuficiencia cardiaca y respiratoria" que, según argumenta la familia en la demanda, pudo ser evitada.

"Hemos emprendido acciones legales para que esto no le vuelva a pasar a nadie y para que mejoren los protocolos de atención sanitaria. Si la primera ambulancia se llega a ocupar del traslado de mi madre al hospital, ella habría tenido alguna oportunidad de pelear por su vida. Le quitaron siete horas de tratamiento médico", asegura el hijo de la fallecida.