El Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo está de luto por la prematura muerte de la doctora Pamela Estévez Boullosa.
Esta médico del servicio Digestivo ha muerto con solo 40 años tras una dura batalla contra el cáncer. Su pérdida ha causado una gran consternación en su entorno y entre sus compañeros.
Pamela Estévez, nacida en Vigo en 1981, estaba muy ligada a Avión y Cotobade, de donde era su familia. Allí será enterrada esta tarde, acompañada de los suyos hasta el último momento. En el hospital hoy reina un doloroso silencio, en recuerdo de esta médico que se convirtió en todo un referente en su especialidad.
Aunque era aún muy joven y tenía toda una trayectoria por delante, la doctora Estévez ya había destacado como investigadora. La Sociedad Española de Patología Digestiva reconoció su labor durante un congreso sobre técnicas endoscópicas. Había colaborado en numerosas publicaciones médicas, y tenía un gran prestigio.
Muy unida a su tierra
Pamela provenía de una familia de emigrantes procedente de Avión y Cotobade, en la provincia de Pontevedra. Sus padres habían residido en México y volvieron a Galicia, donde se instalaron en Vigo. Sin embargo, tanto Pamela como sus padres nunca perdieron la conexión con su tierra de origen.
Aunque la médico creció en Vigo, iba con frecuencia a la tierra de sus padres en las aldeas de Valongo y Taboazas. Allí, donde iba los fines de semana y los períodos de vacaciones, es recordada como una persona cercana y amable. También tranquila y alegre, una actitud que le ayudó a afrontar la terrible enfermedad.
En su juventud estuvo muy enfocada a sus estudios, ya que su verdadera vocación era la Medicina. Estudió la carrera en Navarra y seguía volviendo a su Galicia natal, pero siempre con la mirada puesta en los libros. Luego estudió la especialidad en La Coruña, tras lo cual volvió a Vigo para trabajar en el Hospital Álvaro Cunqueiro.
Volcada en cuidar de los suyos
Pamela sufrió hace algunos años un duro revés con la muerte de su padre, que falleció de forma inesperada cuando aún era demasiado joven. Lejos de arrugarse, la doctora se volcó en cuidar a su madre y se trasladó a vivir con ella. La tragedia las unió más que nunca, igual que su única hermana.
Vecinos de la aldea recuerdan que era “una niña dulce, buenísima con todos, siempre dispuesta a ayudar, siempre pendiente de su madre y su hermana”. La muerte de Pamela ha sido un duro revés para ellas. Pero queda también su legado como doctora y su ejemplo en la lucha contra el cáncer.
A la joven viguesa le diagnosticaron un cáncer hace algunos meses, y el desenlace se ha producido de forma rápida. Durante todo este tiempo ha estado acompañada de los suyos, que han vivido con angustia el desarrollo de la enfermedad. Siempre guardaron algo de esperanza, pero al final no ha podido ser.
Deja un gran legado
Como profesional de la Medicina demostró siempre una vocación innata y un gran compromiso. La Consejería de Sanidad de Galicia destacó hace unos años su trabajo como miembro del equipo del doctor Alfonso García. Fueron pioneros en el uso de unas cápsulas endoscópicas para explorar el intestino delgado.
Obtuvieron más de 60.000 imágenes en ocho horas y sin apenas ocasionar molestias al paciente. Su labor fue reconocida ampliamente, lo cual no fue motivo para detener su impulso en la investigación. Su nombre aparece junto al de otros compañeros en muchos estudios que han supuesto un hito en su especialidad.
Pamela trabajaba y vivía en Vigo, donde ejercía su labor en el Hospital Álvaro Cunqueiro. Pero nunca olvidó sus raíces, y el vacío que deja es tan grande como su legado. Murió el último de enero, una fecha que será largamente recordada en Vigo, en Avión y en Cotobade.