La Facultad de Veterinaria de Zaragoza está de luto. El pasado sábado falleció una de sus docentes más reconocidas, María Antonia Vargas, a los 72 años de edad.
Esta profesora se había ganado el respeto de muchos gracias a su estupenda labor en el Departamento de Patología Animal de la facultad aragonesa.
Docente y apasionada por la investigación a partes iguales
María Antonia Vargas era profesora titular del Departamento de Patología Animal del Área de Sanidad de la Facultad zaragozana. Además, pertenecía al equipo investigador que dirige su marido, el conocido catedrático Juan José Badiola, en el Centro de Encefalopatías y Enfermedades Transmisibles.
Familiares y amigos se dieron cita el pasado domingo para despedirse de esta docente reconocida de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza. Todos ellos quisieron darle el último adiós antes de que partiera para siempre.
El marido de Vargas, todo un referente de la pandemia del COVID-19
María Antonia Vargas seguro que tenía muchas cosas en común con su pareja, pero desde luego una de ellas era su vocación en la investigación. A ambos les encantaba participar en equipos de investigación.
De hecho, su marido, Juan José Badiola ha estado en boca de muchos desde que llegó la pandemia del COVID-19. Este catedrático se ha convertido en uno de los grandes referentes de la crisis sanitaria.
Este académico de honor en la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España (RACVE) y Presidente del Consejo General de Colegios Veterinarios siempre ha dejado claro la existencia de peligro. Y es que por mucho que una parte importante de la población española haya pasado el virus o cuente con las tres dosis de la vacuna, el covid no ha desaparecido.
Además, este catedrático tiene claro que “mientras una buena parte del mundo no alcance porcentajes de vacunación razonables, el riesgo de una nueva variante es elevado. Cuanta más transmisión, es más fácil que se produzcan nuevas variantes”.
A pesar de todo, Badiola se muestra optimista. Y es que cada vez más se conoce sobre este virus que tanto han cambiado la vida de la ciudadanía mundial.
María Antonia Vargas y su marido formaban un gran equipo
La pareja ha demostrado que es capaz combinar la relación laboral con la sentimental, y es que se combinaban a la perfección dentro del trabajo. A pesar de que el era el responsable de dirigir toda la investigación, eran uña y carne, tanto en el laboratorio como en casa.
Perder a su mujer ha significado un duro varapalo para Juan José Badiola. A partir de ahora, al catedrático le tocará trabajar sin su mano derecha y, lo más importante, sin el amor de su vida.
Juntos han logrado resolver más de un contratiempo, y será difícil para Badiola trabajar con normalidad en los próximos meses. Tanto el laboratorio como el domicilio se le harán inmensos.
Veremos en las semanas próximas si la muerte de María Antonia Vargas le afectará en el sector laboral. Familiares, amigos y seres queridos del matrimonio se han mostrado rotos de dolor por la pérdida irreparable de la docente.
Una mujer que se entregó en cuerpo y alma al mundo de la investigación, y que gracias a sus conocimientos se consiguieron grandes avances en el ámbito. A sus 72 años de edad, Vargas nos ha abandonado, dejando un gran vacío en el corazón de su eterno amado.