Un bebé ha sido declarado muerto al nacer y ha dado positivo por COVID-19 en Francia. Según ha informado Le Figaro, las autoridades de Occitania confirmaron que la madre del niño había dado positivo por la enfermedad. Ante esto, los médicos le hicieron una prueba al pequeño que también resulto positiva.
Los médicos no han especificado qué papel pudo llegar a tener la COVID en la muerte del pequeño. Por confidencialidad médica y "respeto al duelo", los sanitarios no han querido proporcionar más datos sobre lo ocurrido. La Agencia Regional de Sanidad de Occitania ha confirmado que la madre también era portadora del virus.
La dirección del hospital ha enviado "sus más sinceras condolencias a esta familia en duelo". También han querido mostrar "su apoyo a los profesionales sanitarios que han atendido médica y psicológicamente a estas personas angustiadas".
El caso ha causado cierto revuelo en Francia, donde el movimiento antivacunas está mucho más presente que aquí. Los expertos han recordado que la muerte de niños tan pequeños por COVID es muy infrecuente, pero que a veces ocurre.
En Francia, por ejemplo, el 73 % de las muertes por la enfermedad hasta junio del 2021 eran personas mayores de 75 años. Los menores de 45 años, sin embargo, apenas alcanzan el 1 % del total de fallecimientos. Y conforme baja la edad, la afectación grave acaba siendo muy residual.
Las autoridades francesas han pedido a la población que asista a las citas de vacunación para evitar nuevos casos similares. En el país galo actualmente el 55 % de su población ha recibido las dos dosis de la vacuna. Se trata de un porcentaje en la línea de la media europea, aunque por debajo de países como España o Portugal.
A diferencia de nuestro país, el movimiento antivacunas sí tiene una base social importante en Francia. Por eso, las autoridades han tenido que trazar diferentes propuestas y proyectos para acelerar la vacunación.
Hace varias semanas, Emmanuel Macron anunció la obligación del certificado COVID para entrar en bares y restaurantes. A las pocas horas, los servicios de salud atendieron casi 2 millones de peticiones de cita previa para vacunarse.
Sin embargo, la medida también provocó la ira de los antivacunas y negacionistas de la pandemia. Desde entonces marchan por las principales calles francesas pidiendo al Gobierno que derogue la medida y le acusan de atentar contra su libertad.
Vacunas para los niños
Ante la evidencia de que los niños parecen verse menos afectados por el COVID, ahora el debate está si hay que vacunarlos. De hecho, su vacunación se antoja primordial para alcanzar el nuevo techo de la inmunidad colectiva.
Hasta ahora, con las anteriores variantes del coronavirus, se calculaba que se llegaría con el 70 % de vacunados. Pero la variante Delta es mucho más contagiosa y sigue causando estragos incluso en países cercanos a ese porcentaje.
España, por ejemplo, ya tiene un 65,5 % de la población con dos dosis. Aun así, y aunque la 5ª ola va en descenso, se siguen notificando miles de contagios diarios.
Así, ahora hay expertos que calculan que se deberá alcanzar el 90 % de personas vacunadas. Y para lograrlo, en España, será necesario vacunar a los menores de 12 años.
El problema es que, de momento, no hay ninguna vacuna autorizada para ellos. Además, hay científicos que creen que a esa edad los riesgos de la vacuna son superiores a los que puede causar la enfermedad.
De momento, Europa se conforma con vacunar a los adolescentes de más de 12 años. El ritmo empieza a ser elevado, porque el 55,4 % de los niños de entre 12 y 19 años ya tienen al menos una dosis. Solo 12,7 % tienen las dos dosis, pero se calcula que el porcentaje será mucho más elevado cuando comience el nuevo curso.