La Operación Magnesio de la Policía Nacional, llevada a cabo en Gran Canaria, ha permitido detener a un militar acusado de abusar de su hija de 11 años y registrarlo en vídeo y fotografías. La investigación apunta que su expareja y una amiga de la pequeña podrían haber sido también víctimas.
Todo empezó, según explica 'Canarias 7', en una operación del grupo de delitos tecnológicos de la UDEV (Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta) de la Policía Judicial. Estos rastrearon hasta 12 direcciones IP en la provincia de Las Palmas que descargaban pornografía infantil en una red p2p, en noviembre de 2018.
Finalmente, una de ellas les llevó hasta el militar al cual, en el registro de su casa en abril de 2019, se le encontró abundante material. Tras un laborioso trabajo, se pudo comprobar que no se dedicaba a descargar sino que el mismo hacía sus grabaciones con la pequeña.
La dormía con somníferos
Hasta en tres ocasiones fueron a declarar ante los agentes la expareja y la pequeña. Una de ellas sirvió para esclarecer si podía estar usando somníferos para cometer los abusos. Así la niña explicó a los agentes que le dio en una ocasión «una pastilla de color blanco y redondita» y que en la caja ponía «tomar esto media hora antes de dormir».
El motivo para que el padre se las facilitará, según su testimonio, era que ella le dijo que había tenido pesadillas, «pensando que su padre la tocara» aclaraba ante la policía. El militar le asegura que así «dormiría mejor» y ella confirma que «dormía muchísimo mejor que en casa de su madre».
Presionaba a la niña para que lo negara
En las declaraciones, se recoge que la pequeña tiene constancia de los abusos des de que al menos tenía 9 años y que lo hacía tanto cuando estaba dormida como despierta.
Explica también que el padre le insistía que «todo era un secreto» y que no podía contárselo a nadie». En su primera declaración, negó todo los hechos siguiendo las indicaciones del progenitor: «Tú a la policía dile que no».
Tras una primer detención, el 9 de julio de 2019, se encontraron las grabaciones de «extrema crudeza» y «extrema dureza» en un teléfono móvil. Pero no solo eso, habría utilizado cámaras ocultas para grabarla en el baño.