Fachada de la Agencia Tributaria

Miles de españoles no podrán pagar su Renta con el cambio en 2021

Los beneficiarios de un ERTE se enfrentan a una deuda de más 1.000 euros por el error de cálculo del SEPE

El próximo 7 de abril comienza la campaña de la renta en España. Para muchos, peor que un dolor de muelas. Y este año, la cosa se complica aún más para aquellos que cobraron un ERTE y que ahora tendrán que pagar un dinero con el que no contaban. En algunos casos, las cantidades pueden oscilar entre 1.000 y 1.500 euros.

Los funcionarios del SEPE son conscientes de que muchos españoles no podrán pagar su Renta este 2021, y se ven venir una oleada de protestas y amenazas en ventanilla. Advierten de que se trata de una situación dramática, en la que miles de personas tendrán que hacer frente a un pago inesperado en plena situación de devastación económica.

En realidad, el dinero que van a tener que devolver es el que el SEPE les ingresó el año pasado y que gastaron en la supervivencia del día a día. A medida que la crisis se ha ido alargando, este dinero ya no está en la cuenta de los trabajadores, que de pronto se encuentran que están en deuda con Hacienda.

Los asesores administrativos advierten que es «un problema importante» y que no podrán hacer nada al respecto, más que «aguantar las quejas de los contribuyentes y dar la cara por el SEPE». Y es que, después de un año de retrasos en el cobro de los ERTE y de enfado acumulado, es previsible que esta situación haga estallar a los afectados.

El Gobierno viene tiempo avisando de que los beneficiarios de un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) tendrían que hacer frente a un pago en la declaración de la renta, al constar dos pagadores: la empresa y el SEPE. Pero nadie contaba con que las cantidades serían tan elevadas, y pagar 1.000 euros o más en la situación actual supone una tragedia para miles de trabajadores en España.

A ello se le suma la desastrosa gestión de los ERTE y de otras ayudas por parte del SEPE. Los gestores administrativos asumen que al principio de la pandemia se podían entender algunos desajustes por la entrada de cientos de miles de nuevas prestaciones. Pero creen que el colapso ya se ha ido controlando y que a estas alturas no tiene sentido que haya problemas de retrasos y desajustes de este calado.

Lo que ha sucedido es que a la hora de pagar el ERTE, el Servicio Público de Empleo no calculó bien la retención del IRPF y aplicó un porcentaje muy bajo. El SEPE calcula la retención en función de lo que te van a pagar, así que los trabajadores con prestaciones bajas no tuvieron una gran retención. Sin embargo, al hacer la declaración de la renta hay que sumar lo que el trabajador ha cobrado de la empresa. Esto aumenta los ingresos totales, y hay que compensar el IRPF que el SEPE no retuvo.

El caso más flagrante es el de las prestaciones que el SEPE siguió pagando por error a los trabajadores que ya habían agotado el ERTE. Incluso los que intentaron advertir del error se encontraron con las líneas colapsadas y no pudieron evitarlo. Estas personas tendrán que devolver todo ese dinero de golpe, en la declaración de la renta.

Crisis y errores en el SEPE

Se calcula que estos problemas afectarán a unos 300.000 trabajadores cuyas economías están muy golpeadas por la crisis. Los expertos consideran que se trata de un error muy grave que se podría haber evitado fácilmente, poniendo al SEPE como una extensión del primer pagador, que es la empresa. 

El SEPE pensó que la pandemia duraría pocos meses y por eso aplicó una retención del 0%, para que los trabajadores pudieran percibir una cantidad parecida a la de su salario. Pero la crisis se ha alargado, y ahora los beneficiarios se encontrarán con una deuda de 1.000 euros o más con Hacienda.

El SEPE asume el error, pero lo atribuye a la falta de efectivos por la bajas de Covid-19 y por los problemas informáticos. Los trabajadores en plantilla están desbordados, y temen la oleada de protestas que se les viene encima las próximas semanas. Desde el sindicato USO creen que «se hará una bola tremenda» y que los contribuyentes indignados la tomarán con los trabajadores, con insultos y amenazas.

No solo eso, sino que además creen que el problema no ha hecho más que empezar, ya que el pago de prestaciones va de la mano de la situación económica del país: «Aunque en 2022 empiece milagrosamente a remontar la economía, el aumento de las prestaciones se alargará tres o cuatro años más. Sin personal y con un sistema informático obsoleto, a los trabajadores nos vienen años muy duros».