Pasar largas semanas ingresado en un hospital, merma el ánimo de cualquier paciente. Pero si además el enfermo se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos luchando por su vida, la angustia, el miedo y la desesperación todavía son más patentes. Este es el caso de Francisco España, un hombre de 60 años que ingresó en el Hospital del Mar en Barcelona tras haber dado positivo en Covid-19.
El estado de salud de Francisco era como el de muchos otros ingresados por coronavirus. La infección se cebó con su organismo y tuvo que ser trasladado a la UCI donde permaneció 52 días intentando superar la enfermedad agarrándose a la vida con todas sus fuerzas. A pesar del duro golpe que supuso para él contraer el virus, la vida le dio una segunda oportunidad y tuvo su recompensa de manos del equipo médico del hospital.
Francisco frente al mar
El pasado mes de octubre, las enfermeras del Hospital del Mar comenzaron a preparar a Francisco para una cita muy especial: ver el mar. Este centro hospitalario de la ciudad Condal cuenta con una ubicación privilegiada pues se encuentra justo en frente del mar Mediterráneo, separado por el paseo marítimo de la Barceloneta.
Los ingresados por Covid-19 se encuentran en la planta baja del edificio con lo que resulta una ventaja a la hora de poder trasladarlos en camilla para que puedan disfrutar del aire fresco y reparador del mar. Y eso es lo que pudo hacer Francisco después de que una prueba PCR por fin diera negativo.
El momento fue captado por algunos fotógrafos y amigos de Francisco que no se lo quisieron perder. 10 minutos frente al mar y sentir la brisa y la vitamina D en su rostro, dieron esperanzas a Paco que describió el momento como «fantástico». Ahora, un mes después de ese momento mágico, el programa radiofónico 'La Tarde' de la cadena COPE ha hablado con Francisco para conocer de primera mano cómo se encuentra.
Todavía se encuentra ingresado en el hospital pero reconoce que tras ver el mar ha nacido «por segunda vez» y confesaba que «ahora sí soy yo». Sobre la sensación que recuerda después de esa imagen, Francisco ha explicado que «el aire cálido del mar, el aire, el azul del cielo» fueron como «salir al mundo por segunda vez». Esta experiencia le ha servido a Paco para tener «muchas ganas de volver a vivir» para poder disfrutar «de las pequeñas cosas».
La mejor terapia para los pacientes
A priori puede parecer sorprendente que algo tan simple como ver el mar suponga una chute de energía para los enfermos. Pero lo cierto es que salir del clima agónico de un hospital, ver el cielo azul y sentir de nuevo la brisa provoca en quien lo experimenta nuevas esperanzas. Parece que por un momento todos los males y problemas desaparecen y es posible una nueva vida.
Judith Marín, médica adjunta del Servicio de Medicina Intensiva del Hospital del Mar, también ha explicado al programa 'La Tarde' cómo vive el equipo médico ese momento. «Es un momento emotivo y único. En estas salidas se les da la oportunidad de saludar a algunos de sus familiares y se les juntan muchas emociones, que se traduce en gestos o miradas» ha confesado.
Este tipo de terapia, que ya han podido experimentar algunos pacientes de Covid, ha llegado hasta la Comisión Europea donde valoran de forma muy positiva esta iniciativa por parte del Hospital del Mar de Barcelona. Junto a Francisco han sido muchos más los enfermos que han tenido el privilegio de salir durante unos minutos del hospital para encontrarse con un gran mar azul que con cada ola y cada brisa les regala minutos de vida.