Una de las certezas que ha dejado palpable la pandemia es la importancia del sistema sanitario en España por su papel protagonista a la hora de salvar las diferentes olas. Son la primera línea de defensa y las que sufre directamente las consecuencias, es por ello que también son los primeros en recibir las vacunaciones pertinentes. Uno de estos héroes es Miguel Casañ, que ha relatado de primera mano su trágica historia.
El sanitario cuenta que fue contagiado porque su hija, que es enfermera, se infectó de Covid por un paciente con fiebre en el que la PCR daba un resultado negativo, ya que la estructura genética del patógeno es diferente, de ahí el resultado. El enfermo asegura que estuvo al borde de la muerte y asegura que la cepa es «diferente a la de marzo».
«Estoy vivo, que es lo importante» cuenta Miguel en 'El Programa de Ana Rosa' claramente emocionado por haber superado la enfermedad. La entrevista se ha realizado desde la cama del hospital, aún ingresado, aunque se encuentra estable por lo que ha abandonado la UCI.
«He estado en reanimación, que es la UCI quirúrgica, desde el día 4 de enero que me bajaron prácticamente fuera hasta el miércoles o jueves de la semana pasada» cuenta el enfermo para las cámaras de Telecinco.
Reinfección de la enfermedad
El miembro de sanidad asegura que durante el transcurso de la pandemia ha tratado a pacientes de Covid. Pero que, tras vivirlo en su piel, asegura que «lo tengo claro, no son indicios, de que esta cepa no es la de marzo, tengo la certeza que he visto». El afectado también ha querido plasmar su relato a través de la red social Twitter.
«He visto como gente que era seropositiva en la cepa de marzo se ha vuelto a contagiar y ha tenido que ser intubada ahora», comenta el experto sanitario sobre las personas que han tenido que ser ingresadas con respecto a la versión normalizada del coronavirus. También cuenta una experiencia relacionada con un compañero de su hija, que asegura tenía «anticuerpos de la cepa de marzo, ahora ha tenido que estar tres semanas intubado en UCI de extrema gravedad, esto no lo hace una misma cepa» asegura el anestesista.
«Yo no digo que sea la cepa británica, francesa o la que sea, ahí están las sangres para analizarlas, pero tengo la confianza de que no la misma cepa» sentencia el afectado. Las difíciles horas que pasó Miguel se perciben cuando cuenta cómo temía por su vida «no he perdido la conciencia en ningún momento, desde que me bajaron a reanimación con mis compañeros, yo estaba hecho un piltrafa, y sentía que me iba a morir» comenta para la televisión.
Además, descubre un elemento temporal diferencial. «Clínicamente esta cepa es brutal, el periodo de incubación es más corto y agresivo» menciona el enfermo. Uno de los momentos que recuerda con más impotencia es cuando pensaba en que no podría despedirse de sus hijos, hecho que no se ha producido por la mejora de su estado.
El caso a profundidad y los más vulnerables a la nueva cepa
«Esto lo trajo a casa mi hija Patricia, que es enfermera aquí, la mala suerte que ingresó un paciente con fiebre desconocida y daba la PCR negativa y cayeron 13 compañeros suyos» argumenta respaldando la teoría de una mayor capacidad infecciosa que asola al virus.
En cuanto al periodo de incubación lo sitúa en seis días, en un domicilio que, según cuenta Miguel siguió todas las recomendaciones y prevenciones posibles. «Tuvimos todas las medidas de contención, comiendo aparte, encerrada en su habitación... pero nada» y apunta que «cuando hay fiebre y hay tos es cuando más contagiosa es la persona, es el momento más peligroso».
El enfermo advierte de aquellos más vulnerables y las consecuencias que le ha dejado el Covid en el organismo. «He perdido en escasos 10 días unos 10 o 12 kilos. Esta patología la coge alguna persona con una patología cardíaca, renal, respiratoria, algún cáncer o alguna cosa importante grave y no lo cuenta. Una persona de 70-80 años son 48 horas lo que dura en una UCI» sentencia con dureza Miguel Casañ.