“Te tengo que matar por lo que le has hecho a mi hija, te voy a matar”. Son las palabras que dedicó Miguel Ángel a su viejo amigo Francisco antes de darle una paliza mortal en un bar de Estepona, Málaga. En declaraciones a la policía dijo que sólo quería darle un escarmiento para evitar que se acercase a su hija.
Todo empezó en 2017 cuando la hija del agresor, de 15 años, contó a sus padres el supuesto acoso sexual al que era sometida. Señaló ni más ni menos que a Francisco, un amigo de la familia al que llamaban Paco. Pero los tribunales no vieron indicios de delito y la denuncia quedó en nada.
Cuando este hombre volvió a acercarse a la menor tiempo después, el padre decidió tomarse la justicia por su mano. El 4 de diciembre de 2021, Miguel Ángel se encontró a Francisco en un bar de Estepona y le dio una paliza de muerte. La víctima salió por su propio pie del establecimiento, pero murió horas después.
Cargos muy graves
Miguel Ángel se encuentra ahora en libertad provisional con cargos por la paliza mortal a Francisco. La joven padece problemas psicológicos desde que en 2015 denunció el acoso al que presuntamente fue sometida. Sin embargo, la justicia no le dio la razón y el padre se tomó la justicia por su cuenta.
El diario ABC ha tenido acceso al atestado policial, según el cual Miguel Ángel declara que su intención no era matarle. “Mi intención nunca fue provocarle un gran perjuicio físico, sino darle un escarmiento para evitar que volviera a acercarse a mi hija”, declaró. Ahora se enfrenta a cargos muy graves con penas de cárcel.
El agresor pateó a la víctima llevando las botas del trabajo, que tienen un refuerzo de acero en la puntera. Esto causó graves lesiones internas a la víctima, que acudió al hospital horas después y acabó muriendo. El informe médico será fundamental, ya que el caso ha pasado de homicidio imprudente a homicidio doloso.
El origen de la discusión
El origen de la disputa es un supuesto acoso sexual por parte de la víctima hacia la hija del agresor. Francisco se acercó un día a la menor, la cogió por la cintura y se hizo fotos con ella, le pidió su teléfono y empezó a escribirle. El hombre, que rondaba los 50 años, le confesó que se había enamorado de ella.
La menor se lo contó a sus padres y denunciaron. Pero “tras analizar la denuncia y las conversaciones entre el denunciado y la menor, la instrucción no observó indicios de que Francisco cometiera ningún delito. El caso quedó archivado y olvidado, hasta que a finales de 2021 Miguel Ángel y Francisco volvieron a encontrarse.
El pasado 1 de diciembre, Francisco se volvió a acercar a la chica a pesar de que esta había pedido una orden de alejamiento. La menor sufre secuelas psicológicas que incluso la llevaron a autolesionarse. Su padre tomó la determinación de actuar, y tres días después fue al encuentro de su antiguo amigo.
El informe médico, demoledor
Según afirman los testigos, el agresor se justificó diciendo que cualquiera haría lo mismo por sus hijos. Llamó “pederasta” a Francisco y le dijo “te tengo que matar” antes de darle la paliza. Los dos se fueron por su propio pie, pero la víctima sufrió dos paros cardiacos en menos de 24 horas.
Francisco entró en la UCI del Hospital Costa del Sol con el bazo destrozado, un fallo renal, el pulmón izquierdo colapsado y daño neurológico severo. Este informe médico puede ser decisivo para que Miguel Ángel acabe entrando en prisión. Mientras, la familia de la víctima lucha por reparar el buen nombre de Francisco.
La familia de Francisco asegura que han vivido un auténtico calvario con insultos en redes sociales y miradas acusatorias por la calle. “La gente nos mira como si fuésemos lo peor del mundo”, relata la viuda Ana en el diario Sur, “como si hubiéramos consentido algo malo”. Este lunes declaró en el juzgado de instrucción.
'No era ningún acosador'
Las cámaras de seguridad registraron el momento en que Miguel Ángel llegó en bicicleta al local y se fue directo hacia Francisco. Aunque la agresión no se ve, porque sucedió en la terraza, sí se observa a la víctima abandonado el bar por su propio pie. Según los testigos se escuchó un chasquido, como de fractura de hueso.
Pero la viuda de Francisco lamenta que “hayan tirado su nombre por el suelo y lo hayan puesto de lo peor para justificar la agresión”. Recuerda que “no fue condenado por nada sexual”, y se queja de que los medios sólo cuentan una parte de la historia. “A nosotros nadie nos ha preguntado, y le llaman acosador cuando no lo es”, concluye.