Hace un año que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recibió las primeras noticias de un brote de casos de neumonía atípica en Wuhan (China). Durante los primeros días no dio importancia y aseguró que «no hay una transmisión significativa de persona a persona». No fue hasta finales de enero que se dio la alarma por posible pandemia.
Era demasiado tarde. El virus ya había salido del país y se expandía rápidamente sin que los gobiernos alrededor del mundo fueran conscientes de lo que se estaba gestando. España fue uno de los mejores ejemplos de hasta qué punto se subestimó el virus.
Lo que vino después es de sobra conocido. Una de las peores pandemias que ha dejado tras de sí millones de contagios y fallecidos, y economías arruinadas. Desde entonces, el papel de la OMS en la gestión de la crisis sanitaria ha sido puesta en cuestión, aunque sigue siendo la autoridad más influyente en la toma de decisiones a nivel mundial.
La máxima autoridad sanitaria en el mundo cierra un año catastrófico con un nuevo aviso. El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus ha predicho que en 2021 habrá «nuevas variantes de la Covid-19» que pondrán contra las cuerdas las estrategias de lucha contra la pandemia.
El médico etíope ha confirmado que la OMS sigue trabajando de forma coordinada con los científicos para investigar el alcance de las mutaciones del SARS-CoV-2. Esta es la cuestión que más preocupa ahora a los expertos, después de que se descubriera una nueva variante del coronavirus más infecciosa que la anterior.
Los científicos y las autoridades sanitarias tratan de esclarecer cómo afectan las mutaciones a la transmisión y a la gravedad de la enfermedad. También de qué forma puede afectar a la inmunidad, los tratamientos y las vacunas que están en marcha.
«Estamos en contacto con científicos de Reino Unido y Sudáfrica para rastrear nuevas variantes de la enfermedad y quiero hacer énfasis en la importancia de secuenciar el virus en todo el mundo», dijo Tedros Adhanom, que cree que «es la única forma de detectar las nuevas variantes y crear estrategias contra ellas».
La nueva variante se extiende
La OMS ha confirmado los pasados días la extensión de la nueva cepa de coronavirus por Europa. Se trata de una nueva cepa aparecida en septiembre en el condado de Kent, al sureste del país, y que se demostró que es más contagiosa tras un primer brote con mil infectados. Poco después empezaron a aparecer los primeros casos en varios países de Europa.
España es uno de ellos. La semana pasada la Comunidad de Madrid advirtió de la aparición de los primeros casos y ya hay varias comunidades autónomas afectadas. Aún no hay resultados concluyentes, pero los científicos británicos calculan que es un 70% más contagiosa y que no hay evidencias de que produzca cuadros más graves de la enfermedad.
Poco después apareció otra variante en Sudáfrica, aunque está mucho menos extendida. Las autoridades británicas alertaron de que podía ser una variante incluso más contagiosa que la británica, algo que las autoridades sudafricanas desmintieron.
Actuar en 2021
Las mutaciones son algo completamente normal en los virus, que cambian continuamente para adaptarse y sobrevivir. La mayoría de estas mutaciones no tienen ninguna relevancia, pero hay algunas que sí. Es el caso de esta última, en la que se sospecha que podría haberse producido un cambio en la proteína de la espiga con la que el virus se adhiere a la célula y se replica.
Si esto se confirma, querrá decir que el coronavirus tiene más facilidad para propagarse y obligaría a tomar decisiones aún más drásticas para evitar nuevas oleadas. El impacto sobre las vacunas es menos probable. Los científicos coinciden en que el coronavirus necesitaría muchas más mutaciones y más rápido para escapar de los anticuerpos de las vacunas.
Con motivo del aniversario de los primeros casos notificados por las autoridades chinas, el director de la OMS, Ghebreyesus, ha defendido su gestión durante la pandemia. También ha señalado la necesidad de que las autoridades reflexionen sobre la cantidad de víctimas, las lecciones aprendidas y la necesidad de actuar en 2021 para acabar con la epidemia.
«Hemos trabajado sin descanso y nos hemos basado en evidencias científicas para tomar decisiones en todo momento», ha dicho, con la promesa de que «la OMS no descansará hasta que todos los países del mundo tengan acceso a las vacunas».