Ayer sonaron las alarmas como ocurre cada año y es que se abrió la veda para presentar las nuevas declaraciones de la renta. El día 7 de abril fue la primera de las jornadas clave en el calendario para que todos aquellos que tuvieran que declarar su patrimonio durante el ejercicio 2020 empezaran a ponerse a ello, o ya lo tuvieran al día. Eso sí, en un año tan convulso en el que la normalidad es de todo menos eso, hasta algunos menores de edad tendrán que hacer a declaración de la renta. Son aquellos que salieron beneficiados por el Ingreso Mínimo Vital, IMV, que les obligará a rellenar el formulario.
En cifras de la Agencia Tributaria, son algo más de 225.000 menores, una cifra que supone casi el 50% del total, con 460.000 beneficiarios entre todos los ciudadanos españoles. Con respecto a este escenario, Hacienda recomienda a estos jóvenes que presenten su declaración de forma conjunta con «todos los miembros en caso de estar casados los progenitores».
En el caso de que la pareja no tenga un enlace nupcial, uno de ellos podrá presentar «una declaración conjunta con los hijos, y el otro, una declaración individual». Desde la Agencia Tributaria como la Seguridad social señalan que la realización de estas declaraciones será muy sencilla. Ya que no se incluirán ingresos y la cuota a señalar será cero. Su finalidad no es otra que permitir contar a la delegación del gobierno con un censo mayor.
Desde el órgano de gobierno que dirige José Luis Escrivá ya se ha advertido que se han expedido notificaciones para aquellas personas reclamadas a declarar. El motivo según apunta el dirigente es que existirá una mayor transparencia y formalización de la economía española.
El Ingreso Mínimo Vital
Lo cierto es que estos formularios han recibido una crítica notable desde diferentes sectores del gobierno, ya que se considera que no debería existir tal papeleo en la burocracia con respecto a una bonificación de estas características. Entre los aspectos sometidos a crítica se ejemplificaron los documentos, los procesos a realizar o el proceso en sí mismo, asunto que tuvo que atajar Escrivá diciendo que no llegaría al dato de 850.000 hogares, sino que la cifra finalmente se quedó en los 160.000 beneficiarios.
El proceso de declaración de este año es uno de los más complejos hasta la fecha, ya que hay que incluir los errores del Servicio Público Estatal, los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo o el Ingreso Mínimo Vital. Esto ocurre porque algunos empleados que no llegaba al umbral mínimo de declaración, sí lo han alcanzado este año por tener dos pagadores.
El ERTE provocará que la declaración de muchos trabajadores salga a pagar, de hecho se calcula que sea más de un 5%. «Hay un número muy elevado de contribuyentes perceptores de ERTE a los que la retención que practicó el SEPE parte de cero y no continúa con la que les venía practicando la empresa donde trabajaban. Al acumular las rentas percibidas hay menor retención de la que se hubiera practicado de tener el perceptor un único pagador. Al tener dos pagadores, estos contribuyentes están obligados a declarar y a menudo les saldrá a ingresar» explica el director general de la Agencia Tributaria, Jesús Gascón.
También se incluyen en este umbral los ciudadanos que recibieron cantidades superiores a las que tendrían en un primer momento, todo ello causado por una mayor tasación en el IRPF. Hacienda argumenta que debe tratar de conocerse la cuantía exacta, hecho complicado por el colapso que existe en la administración. Otra de las vías es esperar a que la Agencia Tributaria notifique la cuantía y pagarla cuando corresponda.