El modo de vida que teníamos hace unos meses ya no volverá a ser el mismo cuando por fin podamos dejar atrás el estado de alarma. Tendremos que acostumbrarnos a seguir las indicaciones para evitar un nuevo rebrote del Covid-19 y para ello el Gobierno ultima los detalles que regirán nuestro día a día.
El sector comercial ha sido uno de los más perjudicados en la crisis sanitaria y por ello el Ejecutivo ya planea la reapertura de los comercios bajo unas condiciones específicas dirigidas a proteger a los clientes y a los trabajadores.
Entre las medidas sanitarias que el Gobierno planteará, destaca la eliminación del pago en efectivo y el cierre de los probadores en las tiendas de ropa. Junto a estas, también habrá planes que serán específicos para sectores concretos.
En el momento en que se proceda a la reapertura de los comercios, los locales deberán tener en cuenta un aforo máximo y marcar en el suelo una línea de seguridad —o mediante cartelería— que delimite la zona de caja y la venta directa al consumidor. Como hasta ahora, en el caso de que haya afluencia masiva de clientes, estos deberán esperar fuera del establecimiento ordenadamente y siempre manteniendo la distancia de seguridad.
Aquellas tiendas de ropa que cuenten con probadores, deberán estudiar cerrarlos o bien alternar su uso (uno abierto y otro cerrado) y garantizar su limpieza tras cada uso. Además, todas aquellas prendas que hayan sido devueltas tras haber sido utilizadas, deberán pasar por un proceso de desinfección o puestas en cuarentena durante 48 horas. Su manipulación deberá ser bajo el uso de guantes desechables.
En cuanto a los productos de alimentación, aquellos que no estén envasados y queden expuestos al público, deberán ser protegidos por vitrinas para garantizar su higiene. El pescado, las frutas, verduras y hortalizas contarán con una distancia de seguridad entre los clientes y los productos.
Las medidas también afectarán de forma directa a los trabajadores que deberán realizar su trabajo mediante turnos, con rotación de empleados así como limitar el número de trabajadores que coincidan en el establecimiento y adaptar aquellos trabajos que deban hacerse en pareja para que sea posible hacerlos de manera individual, en el caso de que no sea posible, se deberá respetar la distancia de seguridad.
Todas las puertas deberán estar sujetas con una cuña para evitar usar los pomos y la línea de caja deberá alternar una abierta y otra no, siempre garantizando una distancia de 2 metros. Se aconsejará el uso de mamparas de plástico y que los empleados usen una pantalla individual en la cara además de guantes. Aquellos empleados que manipulen los alimentos no deberán entrar en contacto con dinero ni otro medio de pago.
Sin duda un paquete de medidas que la mayoría de supermercados ya adoptó al inicio de la pandemia y que ahora pasarán a convertirse en habituales en otros sectores comerciales con el fin de poder reactivar sus actividades.