Los expertos lo tienen claro: lo que estamos viviendo estos días con los rebrotes es sólo un aperitivo de lo que puede pasar después del verano. España se prepara para una segunda oleada que los especialistas confían que sea menor que la primera, por los sistemas de vigilancia de los que ahora disponemos. Sin embargo, el colectivo médico no se fía y ha hecho una previsión ante el peor escenario.
Los médicos y enfermeros responsables de las unidades de cuidados intensivos de España alertan en un documento que para asegurar una respuesta adecuada ante posibles brotes de Covid-19 es necesario un registro nacional de las UCI del país.
En el documento reclaman un plan de contingencia territorial que prime el criterio de solidaridad entre centros y que evite lo que ya sucedió en lo más duro de la pandemia: servicios de Medicina Intensiva que superaron el 300% de ocupación mientras en otras comunidades sobraban camas. En el escenario más pesimista de los tres que se contemplan, serían necesarias 6.720 camas de UCI.
Los médicos han intentado elaborar un plan ante de la pandemia del Covid-19 mediante una encuesta a 250 servicios de Medicina Intensiva. Tuvieron 149 respuestas con un total de 2.638 camas de UCI, lo que permitió hacer una foto fija de la situación al inicio de la pandemia. Sin embargo, los datos oficiales no permiten conocer el tiempo real de la situación de todas las unidades del país.
Por eso urgen a la creación de un registro nacional ante la posibilidad de una nueva oleada. Para hacer una estimación, el plan se remite al último censo realizado por el ministerio de Sanidad en 2017. Según este, hay 4.519 camas de UCI en hospitales públicos y 1.137 en hospitales privados en todo el territorio nacional. Esto es una ratio de 9 camas de UCI por cada 100.000 habitantes.
Hasta el pasado 15 de mayo, habían necesitado ingreso por Covid-19 un total de 11.464 pacientes en toda España, lo que eleva la necesidad de camas UCI a 24,39 por cada 100.000 habitantes. Esto quiere decir que en el momento más álgido de la pandemia se necesitó casi triplicar la ratio.
En el documento se recoge también el pico máximo de ingresos en la UCI por comunidades autónomas. La máxima ocupación de camas UCI se produjo entre el 30 de marzo y el 9 de abril, alcanzando una ocupación tope de 4.461 camas de intensivos de forma simultánea en toda España. Aun así, según el estudio, la ocupación fue muy desigual entre comunidades, e incluso entre áreas sanitarias.
Ahora se actualizarán los datos de todas las UCI del país con número de camas totales por unidades, boxes cerrados, equipación, respiradores, ingresos totales y porcentajes medios de ocupación. Todo en tiempo real y para ámbito nacional. Se pedirá la actualización cada 15 días y, si se detecta un aumento de casos, se ampliará la frecuencia.
Tres escenarios
El plan para calcular las necesidades de camas UCI contemplan tres escenarios. En el pesimista se equipara la situación con la vivida en marzo y abril. En el medio, un 60% de tasa de ocupación de UCI, y en el optimista un 30% de ocupación. En este caso, se le añade la petición de poder mantener la actividad asistencial para pacientes no Covid-19.
El peor de los escenarios posibles contempla una misma ocupación de UCI que la pandemia actual, más un 50% de pacientes no Covid. Esto exige tener disponibles 6,720 camas en todo el país, y 5.590 si se asume solo un 25% de pacientes no Covid.
El escenario medio prevé una ocupación de UCI del 60% en el momento del pico de pacientes Covid-19, a los que sumados el 50% de pacientes de otras enfermedades hace necesarias 4.935 camas, mientras que si se atiende solo a un 25% de estos, serían 3.805 camas UCI.
En el mejor de los casos, se contempla la tasa de ocupación del 30% en el pico máximo de la pandemia. Esto exige 3.597 camas con una actividad del 50% de pacientes no Covid y 2.467 camas de intensivos con una atividad del 25% de pacientes no Covid.