Los expertos vienen advirtiendo un cambio en el comportamiento del Coronavirus. La mayoría de los contagios se producen ahora en reuniones familiares y actividades de ocio, sobre todo en lugares de interior. Lo que están mostrando los últimos casos es que hay un origen común: más de la mitad de los contagios se han producido en locales de ocio nocturno.
En los últimos casos abundan los ejemplos de rebrotes originados en discotecas, fiestas, botellones y reuniones entre jóvenes. Los expertos lo tienen claro. Durante el día cumplimos más o menos con las restricciones, pero sin el estado de alarma, al caer la noche bajamos la guardia y, en especial los jóvenes, se olvidan de las medidas de prevención.
Lo mismo sucedió al principio con los temporeros, pero mientras que aquello era difícil de atajar por considerarse una actividad esencial, en este caso las autoridades ya han puesto al sector del ocio nocturno en el punto de mira.
Los locales de ocio nocturno no son considerados una actividad económica esencial. Por eso fueron los últimos en abrir durante el estado de alarma, y han sido los primeros en cerrar con los primeros rebrotes fuera de control en Aragón y Cataluña. La situación amenaza con arruinar un sector que ya antes de la nueva normalidad se encontraba en caída libre.
La última comunidad en imponer duras restricciones al sector del ocio es Murcia, que por la situación epidemiológica ha decidido prohibir esta actividad en el interior de los locales y sólo se permitirá en terrazas o zonas de exterior, siempre que los clientes estén sentados y con la
La última comunidad en imponer duras restricciones al sector del ocio es Murcia, que por la situación epidemiológica ha decidido prohibir esta actividad en el interior de los locales y sólo se permitirá en terrazas o zonas de exterior, siempre que los clientes estén sentados y con la distancia de seguridad. Además, se prohíben las reuniones de más de 15 personas.
En el resto de las comunidades que tienen controlados los brotes, los ayuntamientos han decidido incrementar la vigilancia para asegurar que se cumplan las medidas sanitarias establecidas en los locales de ocio. También se pone el acento en perseguir los botellones, otro de los grandes focos de contagio durante la nueva normalidad.
Fiestas privadas e ilegales
Toledo, Ciudad Real, Cáceres, Mérida, Alcalá de Henares y Jaén son algunos de los municipios que han declarado la guerra al botellón. También bajo vigilancia están las fiestas privadas en casas y domicilio por el riesgo de transmisión que comportan.
El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núnez-Feijóo, ha hecho un llamamiento para que no se celebren porque tienen el mismo riesgo que las celebraciones en espacios públicos. Sin embargo, sólo puede recomendarlo porque, sin autorización judicial, no lo puede prohibir. Por su lado, Baleares vigila que no se celebren fiestas en locales clandestinos.
Esto es un mazazo para un sector que está sufriendo especialmente la crisis. De hecho, el sector del ocio nocturno preparó conjuntamente con el Gobierno una detallada guía para hacer compatible la reapertura de los locales y la salud pública. Sin embargo, los últimos casos dejan claro que algo no ha funcionado y condena a este sector a tiempos más duros de los que probablemente esperaban.