Marta Domínguez fue una de esas deportistas que alcanzó la gloria. Con la misma velocidad con la que superaba a sus rivales en la pista, consiguió descender a los infiernos. Hace quince años era una de las atletas más destacadas de nuestro deporte.
Consiguió imponerse en dos ocasiones en los campeonatos de Europa, en Múnich 2002 y en Gotemburgo 2006. Su disciplina, la que le catapultaría a lo más alto, eran los 5000 metros. También presume de tener platas en el Mundial de Edmonton 2001 y París 2003.
Marta Domínguez vio como su carrera profesional se truncaba de un día para otro. Se vio salpicada en la Operación Galgo, una investigación de la Guardia Civil asociada al dopaje. A partir de ahí, su vida cambió para siempre.
La sombra de la duda siempre ha sobrevolado sobre ella. La jueza encargada de este caso le exculpó de los cargos de dopaje, de delito fiscal y del suministro de recetas sin permiso. Sin embargo, dejaba entrever que la atleta había consumido sustancias ilegales para mejorar su rendimiento.
Esto daría lugar "a una sanción en dicho ámbito, pero nunca una imputación penal". A partir de ahí se abriría un nuevo escenario para la atleta palentina. Tuvo que aparcar su carrera tras ser inhabilitada.
La Federación Internacional de Atletismo le abrió un expediente en 2013 por irregularidades en su pasaporte biológico. Dos años más tarde el Tribunal de Arbitraje Deportivo, más conocido como el TAS, admitía su dopaje.
Eso implica que se le retirara algunos de los títulos que había conseguido a lo largo de su trayectoria. Entre ellos, el oro del Campeonato del Mundo de Berlín y la plata del Europeo de Barcelona.
Marta Domínguez hizo sus pinitos en la política
En la época en la que estalló aquel escándalo, Marta Domínguez compatibilizaba su carrera deportiva con la política. Había encontrado acomodo en las filas del Partido Popular de Palencia. En 2003 saldría elegida concejala, ocupándose del área de deportes.
Llegó a ocupar incluso el puesto de senadora en 2011. Pero cuando su nombre se vinculó a aquella operación de dopaje, también la apartaron de la formación. La eliminaron de las listas para que no se les vinculara en ningún momento a ellos.
Marta Domínguez cuenta en la actualidad con 45 años. Ha pasado más de una década desde que saliera a la luz su nombre en la Operación Galgo. Y sin embargo, tiene la sospecha de que detrás de toda esta polémica se esconde algo en particular.
En una entrevista concedida a la cadena Cope negaba que hubiera consumido sustancias prohibidas. Considera que su entrada en el PP le puso pasar factura. Insiste en que su "castigo ha sido una cuestión política".
Desde que se viera obligada a apartarse de la primera línea del atletismo, poco se ha sabido de su vida. En su momento trató de sacarse la oposición a la Policía Local, pero no obtuvo los resultados deseados.
Antes de que estallara la pandemia trabajaba de monitora en un gimnasio, según desvela Esdiario. Sin embargo, la crisis económica y las restricciones acabarían clausurando dicha instalación. Y eso obligó de nuevo a Marta Domínguez a sufrir un nuevo cambio en lo laboral.
Aseguran que en la actualidad ejerce de vigilante de seguridad en la estación de AVE de su tierra. La atleta siempre ha estado muy vinculada a Palencia. Siempre que podía presumía de sus orígenes.
No se olvida como de un día para otro, pasó de tener el reconocimiento de sus vecinos, a ser uno de los personajes más despreciados. Vio como mucha gente le dio la espalda en los momentos más críticos. Marta trata de continuar con su vida, alejada de los medios y con el respaldo de su familia.