“Sé que te duele, pero es lo que quiero”, es el último mensaje que recibió Álvaro de su hija Pilar a través de WhatsApp. Esta menor de 17 años ha estado desaparecida hasta que la han localizado de nuevo. Su historia esconde un escándalo de prostitución y abusos a gran escala en España.
Pilar Canseco fue separada de su padre en 2013 para darle una vida mejor. Ingresó en un centro del IMAS (Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales), donde estuvo hasta agosto de 2020. Entonces le envió un mensaje a su padre diciéndole que se iba: “Estoy mal, ya no puedo más, te quiero muchísimo”.
Su desaparición coincidió con la polémica gestión del IMAS, perseguido por varios casos de prostitución, drogas y abusos. Pilar estuvo varios meses desaparecida, pero las autoridades baleares no lo denunciaron hasta la semana pasada. La sombra de la sospecha sigue planeando sobre sus cabezas.
Padres, educadores, trabajadores del centro y víctimas llevan mucho tiempo denunciando abusos, adicciones y fugas. De hecho, según la asociación Ardip hay otras menores en paradero desconocido además de Pilar. Su caso ha servido para dar visibilidad al problema.
El calvario de Pilar Canseco
Mientras Pilar estaba desaparecida estalló otro escándalo por la violación de una niña tutelada de 13 años. A raíz de eso aparecieron más de veinte casos de menores tuteladas prostituidas. El propio Gobierno balear reconoció hasta dieciséis, quince niñas y un niño.
Pilar había mostrado su intención de irse desde 2019, y finalmente cumplió su amenaza. Su padre denuncia que habría ejercido la prostitución mientras estuvo bajo la tutela del centro. Y asegura que un trabajador la acompañó a abortar durante su desaparición.
Antes de huir, la menor escribía carta a su padre donde le relataba los duros castigos a los que era sometida. Los educadores del centro la amenazaban con llevarse a su hermano con una familia de adopción. Su desesperación acabó hace una semana, cuando un familiar logró por fin ponerse en contacto con ella.
Las intenciones de la menor
La asociación SOS Desaparecidos se volcó en la búsqueda de Pilar. El viernes pasado, una familia consiguió que le cogiera el teléfono y revelara su paradero. Entonces dio la voz de alarma a la Guardia Civil, que lo puso en conocimiento de la Fiscalía de Menores.
Esta semana, la presidenta del gobierno balear, Francina Armengol, ha confirmado que la chica se puso en contacto con el IMAS. La propia Pilar dejó claras sus intenciones de emanciparse y vivir con su pareja. Pero su entorno no lo tiene claro, y el caso sigue en manos de las autoridades.
Rodeadas de explotadores sexuales
Junto al caso de Pilar ha saltado la preocupación por otra menor, cuya madre hace una dura acusación: “Mi hija de pasa el día rodeada de explotadores sexuales y chupando pollas”. Esta mujer, de nombre Laura, denuncia lo que sucede en la llamada Casa del Terror.
Se trata de un edificio okupa situado en el número 63 de la calle Manacor, en Palma. Las menores tuteladas habrían ejercido la prostitución desde 2018. Allí, la Policía Nacional llevó a cabo la mayor operación contra una red de explotación de menores tuteladas en España.
Según ha revelado la investigación, tres menores captaban a nuevas chicas para que ejercieran la prostitución. Ofertaban sus servicios en una página web de contactos, y a cambio recibían dinero, drogas, móviles, zapatos y bolsos.
A día de hoy hay varios detenidos, pero solo dos condenados por estos hechos. Uno es un hombre de 64 años que practicaba sado con menores a cambio de 20 o 50 euros. El otro es un nigeriano que mantenía relaciones sexuales a cambio de drogas y ropa.
El escándalo sigue
El Gobierno balear habló de casos aislados, pero las nuevas operaciones revelan que el problema podría ser más profundo. Las últimas denuncias advierten que las menores tuteladas se siguen prostituyendo: “La desaparición de Pilar puede ser una consecuencia de esta red, por lo que solicitamos la investigación”.
La madre de otra menor prostituida deja constancia de la realidad de esos centros: “Mi hija estuvo enganchada a las drogas y ejercía la prostitución. En una de sus fugas volvió embarazada de un hombre de 37 años”.