María Hernández, una mujer madrileña de 35 años, ha sido asesinada en Etiopía donde trabajaba con la ONG Médicos Sin Fronteras. En el trágico suceso también viajaban dos empleados locales del país africano. La cooperante era una de las coordinadoras en la zona de Tigray, en el norte del país.
Yohannes Halefom y Tedros Gebremariam eran los nombres de las otras personas que acompañaban a la española. Durante la travesía el primero ejercía de asistente y, el segundo, de conductor. En el comunicado de prensa que ha publicado la organización humanitaria se confirmaba que habían perdido el contacto con las víctimas ayer por la tarde.
Los peores presagios se confirmaron durante esta mañana, cuando una expedición que partió en su búsqueda dio con el vehículo que los transportaba. El coche se encontraba completamente vacío, pero solo unos metros más adelante dieron con los cadáveres de los desaparecidos.
María Hernández había empezado a trabajar para MSF en 2015 en el centro de África. Desde el momento que inicio su aventura había recorrido Yemen, México y Nigeria. Tanto Yohannes como Tedros se habían unido este mismo año a la ONG.
Un golpe devastador
Así lo ha catalogado la organización a través de sus redes en una publicación en la que ha guardado un cariñoso recuerdo a las víctimas. "La muerte de María, Yohannes y Tedros supone un golpe devastador para todas las personas que formamos parte de la organización tanto en Etiopía como en el resto de los países donde MSF opera. Compartimos una profunda tristeza, indignación y consternación y lo sentimos muchísimo por sus familias", escribe el mensaje.
Continúa el escrito recordando la labor de estos profesionales a pie de campo. "Brindando asistencia a la gente y es impensable que pagaran con sus vidas por este trabajo", refleja el documento.
La ministra de Exteriores, Arancha González Laya, también ha dedicado unas palabras a este asesinato y ha dado el pésame a la familia. "Gran tristeza por el asesinato de tres cooperantes de MSF, entre ellos la española María Hernández en Tigray" escribía en su cuenta de Twitter.
Seguía dando su "sentido pésame a sus familiares y amigos" y ha asegurado que su Ministerio ya está "en contacto con las autoridades de Etiopía para esclarecer los hechos y repatriar el cadáver". Lo cierto es que la noticia ha dejado helados a los medios después de que se cumplan apenas dos meses desde la muerte de David Beriain y Roberto Fraile.
La violencia en Etiopía
El conflicto que se ha establecido en la región africana estalló el pasado 4 de noviembre. Fruto de un ataque del Gobierno contra el Frente Popular de Liberación de Tigray, FPLT. Esta última organización —que dominaba el territorio— habría atacado a la base central del Ejército del país.
Este acto ha provocado la muerte de miles de personas y al menos dos millones de migraciones a distintos países colindantes. Por el momento, según datos oficiales, se han contabilizado alrededor de 75.000 etíopes con destino a Sudán.
Otras organizaciones a favor de los derechos humanos han reportado que existe una violencia indiscriminada, que deriva en actos bélicos de lo más pútrido. El dato que más dolor causa, porque es una estrategia que se ha utilizado en otros conflictos armados hasta la fecha, es el uso de la violencia sexual.
Según datos oficiales se han contabilizado alrededor de mil casos, aunque según aseguran fuentes cercanas a los hechos el escenario podría ser mucho peor. A causa de la situación sociopolítica que atraviesa Etiopía han sido muchas las ONGs que han limitado su actividad en el territorio.
Aseguran que se ejerce "acoso, intimidación y detención" de cooperantes. Hecho que resulta indefendible cuando según los informes oficiales hay más de 5 millones de personas que necesitan asistencia sanitaria y 1,8 en niveles de desnutrición alarmantes.