Margarita del Val, viróloga del Centro de Biología Mocular Severo Ochoa (CBMSO-CSIC-UAM) y coordinadora de la Plataforma Temática Interdisciplinar del CSIC en Salud Global que investiga la COVID-19, habló en una entrevista al medio 'The Conversation' sobre la situación actual de la pandemia y el futuro que nos va a deparar.
Preguntada por lo que nos espera de aquí a final de año, Del Val afirmó que «vamos a enfrentarnos a una oleada de otoño. Lo veo por lo que está pasando en Europa y por lo que ocurrió en España en 2009 con la pandemia de gripe A, otro virus respiratorio en una época de pandemia con demasiada gente sin inmunidad. Entonces empezó a subir la curva despacio, sobre todo con el frío de Madrid, según empezaba el otoño».
«La oleada de otoño no es una maldición inevitable, la podemos evitar nosotros»
«No es exactamente comparable con la gripe A porque ahora tenemos medidas para protegernos y, si las aplicamos, podemos pararlo. La oleada de otoño no es una maldición inevitable, la podemos evitar nosotros. Se puede parar. Las personas mayores este verano no tuvieron su oleada porque se retiraron e hicieron que bajara la edad mediana de los casos de 60 a 38 años», añadió la viróloga.
¿Cómo serán las fiestas de Navidad en plena pandemia?
En cuanto a cómo será la situación durante las próximas fiestas de Navidad, la experta aseguró que «depende de nosotros, siempre depende de nosotros. No es como cuando llega la borrasca, que da igual lo que hagamos. La borrasca de la pandemia la podemos controlar nosotros. Es verdad que es más difícil en otoño que en verano y Europa lo está mostrando: varios países que prácticamente no tuvieron oleada de verano ahora empiezan a ver más casos».
Además, Del Val puso el foco en las herramientas que tenemos a nuestra disposición para frenar la enfermedad: «Se puede ralentizar suficiente con medidas de prevención de salud pública: higiene, distancia, mascarillas, control del aire, tener cuidado con los sitios cerrados, restringir las burbujas, teletrabajar quien pueda, facilitar el transporte público para que no haya aglomeraciones, dar mascarillas a quien no pueda gastarse tanto, aislar a quienes no puedan hacerlo en hoteles medicalizados como ya hay en Madrid».