Este miércoles 25 de noviembre se ha vivido otro episodio negro de este 2020. Diego Armando Maradona ha fallecido a los 60 años. Todo pocos días después de ser operado de un hematoma subdural del cual se estaba recuperando en su domicilio de la ciudad argentina de Tigre. El 10 argentino, campeón del mundo con Argentina en 1978 y 1986, consiguió sus éxitos más destacados con la camiseta del Nápoles, pero su carrera futbolística a Europa empezó en el FC Barcelona, donde jugó dos temporadas.
Con la camiseta del Barça, Diego Maradona dejó jugadas por el recuerdo, muestra de su exquisita calidad, pero su estancia en el Camp Nou estuvo marcada por la hepatitis que sufrió durante el primer año (que lo dejó tres meses KO) y la lesión provocada por una terrible entrada del jugador del Athletic Club, Andoni Goikoetxea, en su segunda temporada, que lo dejó casi cuatro meses fuera de combate.
Al término de su segunda temporada en el club español, Maradona fue traspasado al Nápoles italiano, cerrando su etapa en el Camp Nou con tres títulos, una Copa del Rey, una Supercopa de España y una Copa de la Liga. Con la camiseta azulgrana jugó 58 partidos, marcando 38 goles y dando 24 asistencias y dejando la sensación que podría haber hecho mucho más y haber marcado una etapa más larga y con más triunfos que seguramente se vio oscurecida por su otra vida en la ciudad condal.
En Barcelona empezó su relación con las drogas
Y es que el propio Diego Armando Maradona ha reconocido en alguna ocasión que su vida cambió en la capital catalana. Allí empezaron sus empeores momentos. Fue en su estancia en Barcelona cuando se produjo su relación con las drogas, una lacra que lo acompañó durante buena parte de su vida
En una entrevista hace tres años a Canale 5, televisión italiana del grupo Mediaset, Maradona reconoció que «tenía 24 años cuando consumí drogas por primera vez, en Barcelona. Ha sido el error más grande de mi vida». Siempre se mostró arrepentido
En la entrevista, el astro argentino explicó que «la droga es el problema más grande, la droga mata», asegurando que no consumía sustancias desde el año 2004. Maradona consideraba en aquel momento, en 2017, que era un «afortunado» porque «si hubiera continuado de esta forma, ahora en esta edad ya habría muerto».
La droga marcó la vida y la carrera de Maradona, siendo sancionado en 1991 durante 15 meses por haber dado positivo por cocaína en un control antidopaje, posando punto final a su carrera en el Nápoles. No fue este el único en su carrera, ya que incluso llegó a dar positivo en pseudoefedrina en el mundial de Estados Unidos de 1.994. Así mismo, varias veces ingresó en centros de desintoxicación para hacer frente en su adicción a las drogas que, como él reconoció, empezó en Barcelona y se agravó todavía más en la ciudad italiana.
A finales de los noventa empezó su caída que le llevó a sufrir todo tipo de problemas personales. Los efectos de las sustancias no solo fueron afectando a su salud, tuvo varios amagos de infarto antes del que se lo acabó llevando (como en 2.004 cuando ingresó con una crisis hipertensiva, con un cuadro basal de cardiopatía dilatada), sino que su vida personal también se vio afectada.
No se puede decir que el jugador argentino viviera una vida ejemplar. Sus líos de faldas se cuentan por decenas y le llevaron al divorcio de su esposa Claudia Villafañe en 2.003. También protagonizó algún escándalo con demandas de paternidad o denuncias de violencia de género con una de sus múltiples parejas con las que convivió.